Un equipo de investigadores ha encontrado el mejor registro geológico de tsunamis en una cueva submarina de Sumatra. Los estratos muestran con nitidez los sedimentos que dejaron las once olas gigantes que asolaron la zona en un periodo de 5.000 años.
Desde que el megaterremoto y posterior tsunami de 2004 se llevó por delante la vida de más de 250.000 personas en el océano Índico los geólogos no han dejado de explorar la zona en busca de información. El equipo de Benjamin Horton y Charles Rubin, por ejemplo, estudia desde hace años la historia sísmica de la gran falla de Sonda, cuya sacudida provocó la tragedia, y buscaban lugares donde se hubieran acumulado los sedimentos, como el fondo de lagos costeros, donde poder extraer testigos de tierra en los que leer la historia geológica de la región.
Los trabajos estaban siendo bastante infructuosos hasta que un día charlaron casualmente con Patrick Daly, un arqueólogo que trabaja en la zona, que les habló de una cueva marina que quizá pudiera serles de utilidad. Cuando llegaron allí, Horton supo que estaban ante algo extraordinario y que les daría un montón de información. “Aquello era realmente original”, asegura. “Y uno no se encuentra muy a menudo con material original”. Ante sus ojos tenían en el mejor y más detallado mapa geológico de los tsunamis producidos en el registro histórico, señalados en capas de arena perfectamente diferenciadas que ocupaban un intervalo de 5.000 años.
El hallazgo, que se publica en Nature Communications este miércoles, demuestra lo poco que sabemos sobre este tipo de eventos catastróficos y lo difícil que puede ser predecir cuando va a tener lugar el siguiente. “El devastador tsunami en el océano Índico de 2004 pilló a millones de residentes y a la comunidad científica desprevenidos”, asegura Horton. “El registro geológico que hemos encontrado en esta cueva muestra que todavía no podemos predecir cuándo tendría lugar el siguiente terremoto”. “Los tsunamis ni siquiera están espaciados en el tiempo”, insiste Rubin. “Nuestros hallazgos presentan un preocupante panorama de lo errática que es la concurrencia de tsunamis. Puede haber largos periodos entre tsunamis, pero puedes tener también grandes tsunamis que están separados por apenas unas décadas”.
“Es así de simple, una capa de arena y una de caca de murciélago durante 5.000 años”
El descubrimiento es un hito en varios sentidos. No solo es el primer registro de tsunamis encontrado en una de estas cuevas, sino que es el primero que abarca un periodo de tiempo tan largo en el océano Índico, aparte del registro más “prístino” de este tipo de fenómenos jamás documentado. La cueva se encuentra unos kilómetros al sur de la ciudad de Banda Aceh, que fue devastada por el tsunami de 2004. La estratigrafía revela una serie de capas de arena en diferentes alturas, mezcladas con caca de murciélago de la cueva y otros restos arrastrados por el agua en un periodo que abarca desde hace 7.900 a hace 2.900 años. Curiosamente, lo posterior a esa fecha fue arrastrado y eliminado por la ola gigante de 2004.
La cueva en forma de L tiene una barrera de rocas en la entrada que atrapó las capas sucesivas de arena en su interior. Los investigadores cavaron seis trincheras y analizaron las capas de arena de cada estrato y los depósitos mediante datación por radiocarbono. Los autores definen como “prístinas” aquellas capas que son fáciles de distinguir e identificar en el estratificado. “Tienes una capa de arena y una capa de materia orgánica que incluye guano de murciélago, así que es simple, tienes una capa de arena y una de caca de murciélago y así durante 5.000 años”, explica Horton.
Hubo un periodo de 5.000 años sin tsunamis y un siglo en el que se produjeron dos seguidos
Los resultados del análisis indican que hubo hasta 11 tsunamis producidos por terremotos en la falla de Sonda, una estructura de más de 5.000 kilómetros que corre desde Birmania hasta Sumatra a través del océano Índico. Los autores también hallaron en el registro un periodo de 5.000 años libres de tsunamis y un siglo en el que dos de estos devastadores fenómenos golpearon la costa. En términos generales, los tsunamis más pequeños están relativamente más cercanos en el tiempo y después se producen periodos largos de tranquilidad seguidos de un gran terremoto y tsunami, como el que ocurrido en 2004. Y de momento, aunque es valiosa, esta información no nos sirve para predecir cuando será el siguiente.