Imagina que aparcas el coche en una ciudad desconocida y después de un día de paseo tienes que volver hasta la calle donde lo dejaste. Es seguro que a más de uno le costará hacer el camino de regreso. Ahora imagina que tienes que hacer ese mismo recorrido caminando de espaldas porque tienes que llevar un carrito de la compra, ¿cuánto crees que tardarías? En un trabajo publicado esta semana en la revista Current Biology el equipo de Antoine Wystrach demuestra que las hormigas son capaces de hacer esto habitualmente y analiza el procesamiento de datos que tiene que hacer este animal para no perder de vista la dirección del hormiguero.
Que las hormigas son capaces de volver al nido es algo que se conoce largamente, cualquiera que haya visto a estas pequeñas criaturas arrastrando un trozo grande de comida habrá observado que lo llevan a rastras hasta su casa sin que esto les suponga mayor problema. Para ponerlo a prueba el equipo de Wystrach realizó una serie de experimentos con hormigas del desierto en su propio hábitat. Allí colocaron algunos obstáculos para forzarles a tomar caminos determinados y daban a las hormigas pequeños trozos de galleta para seguir su recorrido mientras los arrastraban de lado y de espaldas.
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Lo que descubrieron los científicos fue que mientras arrastraban un objeto pesado las hormigas perdían temporalmente el rumbo, pero entonces se detenían, echaban un vistazo a su alrededor y lo recuperaban. "Este comportamiento es impresionante en sí mismo dado que implica un uso combinado de al menos tres tipos de memoria: la memoria visual de la escena, la memoria de la nueva dirección a seguir y la memoria sobre el trozo de galleta que han dejado atrás", asegura Wystrach. El hallazgo principal, resaltan, es que las hormigas pueden separar la dirección en la que viajan de la dirección en que tienen orientado el cuerpo. Esto lo hacen reconociendo el entorno y utilizando pistas visuales, con las que encuentran al mirar al cielo.
Otro aspecto importante es que estos insectos recuerdan la escena que han observado y el recorrido que deben hacer en función de lo que vieron cuando miraban hacia delante. Este es el motivo por el que cuando van transportando algo de espaldas se paran y echan un vistazo para orientarse. "Hasta hace poco", admite el investigador principal, "pensábamos que su navegación estaba basada en estrategias estereotipadas de distintos módulos cerebrales". Sin embargo, lo que están viendo en sus resultados es que las hormigas hacen "una coordinación muy precisa de múltiples representaciones y recuerdos que implican el intercambio de información entre diferentes áreas del cerebro". Las hormigas, resume Wystrach, "no son simples autómatas pequeños ", sino que sus comportamientos son flexibles. "Cuanto más avanza la investigación, más sofisticados resultan ser los insectos".
Referencia: How Ants Use Vision When Homing Backward (Current Biology) DOI: 10.1016/j.cub.2016.12.019