Ciencia

Lecciones de un segundo “castañazo” contra el cometa 67P

Un equipo de investigadores ha reconstruido la secuencia completa de rebotes del módulo aterrizador Philae y ha obtenido información muy valiosa para futuras misiones.

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En la ciencia planetaria también hay algunas lecciones que se aprenden “a golpes”. Es lo que sucedió el 12 de noviembre de 2014, cuando el módulo Philae de la misión Rosetta, rebotó varias veces sobre la superficie del cometa 67P/Churyumov–Gerasimenko sobre el que debía posarse suavemente para tomar muestras. Durante semanas, los científicos analizaron las imágenes de la misión y localizaron el lugar del primer y el tercer impacto, así como la roca bajo la cual el módulo aterrizador había quedado “patas arriba”. Ahora, después de varios años de trabajo, un equipo ha identificado el segundo lugar en el que la nave rebotó y, lo más importante, ha obtenido valiosos datos gracias a él.

En un trabajo publicado este miércoles en la revista Nature, el equipo de Laurence O’Rourke ha analizado las marcas que dejó Philae al impactar contra una cresta del cometa que los investigadores conocen como la “cima-calavera”. Gracias a las imágenes tomadas desde Rosetta, los científicos han podido reconstruir la trayectoria completa del aterrizador en su accidentado choque contra la superficie y mediante análisis comparativos han estudiado los cambios en el hielo.

En concreto, los autores del trabajo han estudiado los cambios que aparecen en dos de los peñascos contra los que chocó Philae y han calculado que la nave pasó alrededor de dos minutos en la zona e hizo cuatro contactos con la superficie. Al impactar, el aterrizador dejó al descubierto agua helada del interior de las rocas y en el tercer punto de contacto dejó una huella de unos 25 centímetros sobre la superficie del peñasco.

Esto ha permitido a O’Rourke y su equipo calcular que la dureza del hielo en la roca era muy pequeña: menos de 12 pascales, lo que es más blandito incluso que la nueve recién caída. El hallazgo, aseguran, proporciona datos que serán muy útiles a la hora de recoger muestras de hielo en futuras misiones, en las que gracias al “castañazo” de Philae, iremos con la lección aprendida.

Referencia: The Philae lander reveals low-strength primitive ice inside cometary boulders (Nature) DOI 10.1038/s41586-020-2834-3

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