Desde que en 1938 el doctor Albert Hofmann descubriera sus efectos psicodélicos en su famoso paseo en bicicleta, la dietilamida de ácido lisérgico, más conocida como LSD o simple "ácido", se ha convertido en una de las drogas alucinógenas más potentes y más influyentes en el mundo de la música y la cultura. Una de sus características más curiosas era la cantidad de horas que duran sus efectos a pesar de consumir cantidades ínfimas de la sustancia, algo para lo que los científicos aún no tenían explicación.
El LSD se acopla al receptor humano de la serotonina en un ángulo que nadie esperaba.
Después de varios años de trabajo, el , profesor de farmacología de la Universidad de Carolina del norte Bryan Roth y su equipo han descubierto cuál es la causa última de estos efectos tan prolongados y han desvelado así uno de los secretos mejor guardados del ácido. En un trabajo publicado este miércoles en la revista Cell, los científicos describen los trabajos en cristalografía que les han permitido descubrir que la molécula de LSD se acopla al receptor humano de la serotonina en un ángulo que nadie esperaba. En la parte superior, el receptor se pliega formando una especie de tapa, de forma que la molécula de LSD queda atrapada en el interior durante horas y por eso cuesta tanto que se diluya en sangre y se pasen los efectos.
"Cuando yo era más joven, y todavía actuaban los Greatful Dead, yo acudía ocasionalmente a alguno de sus conciertos", recuerda Roth. "Mucha gente tomaba LSD y drogas similares durante los conciertos, y era muy interesante estar en el aparcamiento y escuchar a un montón de gente preguntarse cuándo se iban a pasar los efectos. Mucha gente que toma la droga no está informada sobre lo que duran". Lo que han visto ahora, resume, es que "una vez que el LSD entra en el receptor, se forma una tapa sobre él, de manera que queda prácticamente atrapado en el interior y no puede salir".
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Este mecanismo explica por qué un "viaje” de LSD llega a durar un día entero en algunas personas a pesar de que la dosis media apenas supera los 100 microgramos. Lo que ocurre, básicamente, es que los receptores no son capaces de deshacerse de la sustancia y ésta permanece en la sangre durante horas. Los autores creen que el conocimiento de estos procesos puede ayudar a las empresas farmacéuticas a diseñar medicamentos psiquiátricos más efectivos y que tengan menos efectos secundarios. "Creo que es importante que la industria farmacéutica entienda que si modificas aunque sea un pequeño aspecto de cualquier componente, puedes afectar a la forma en que se acopla con el receptor y afectar a la forma en que actúa el compuesto", asegura Daniel Wacker, coautor del estudio.
En un trabajo no menos interesante y publicado esta vez en Current Biology, el equipo de Katrin Peller ha desvelado otro de los aspectos más interesantes del LSD, la forma en genera la ilusión de significado, es decir, el efecto por el que al consumirlo todo parece adquirir un sentido especial y trascendente que antes no veíamos. "Nuestros resultados mejoran nuestro entendimiento de cómo se produce la atribución personal de relevancia en el cerebro", explica Peller. "Ahora sabemos qué receptores, neurotransmisores y regiones cerebrales están implicadas cuando percibimos nuestro ambiente como significativo y relevante".
Tras consumir LSD, los sujetos encontraban llenas de sentido canciones que antes habían considerado irrelevantes
Estudios anteriores habían demostrado que el LSD altera esta atribución de significado a los acontecimientos, pero se desconocían los mecanismos. Para desentrañar el misterio, Peller diseñó un experimento que consistía en interrogar previamente a un grupo de voluntarios sobre sus preferencias musicales y aquellas canciones que les parecían especiales. A continuación, dividió a los sujetos en tres grupos y a unos les dio placebo, a otros LSD y a un tercer grupo le suministró LSD más una segunda sustancia llamada ketanserina que es un antagónico del ácido lisérgico y boquea sus efectos. Mientras estaban en esta segunda prueba, los científicos les ponían las canciones que habían escuchado antes y comprobaban si sus preferencias cambiaban temporalmente.
Lo que sucedió durante las pruebas fue que las personas que habían consumido LSD encontraban significativas canciones que estando sobrios habían considerado irrelevantes. Y este efecto disminuía de forma notable en aquellos a los que suministraban una droga antagónica que suprimía la acción del LSD. Añadiendo imágenes de resonancia magnética, los autores encontraron además las áreas que se activan durante este proceso de adquisición de significado e identificaron un receptor, llamado 5-HT2A, que es crucial en el proceso. "La estimulación excesiva de los receptores 5-HT2A parece subyacer en la experiencia en la que se disipan los límites del "yo", la interrupción del proceso de autorreferencia y la atribución de relevancia que se observa en varios desórdenes psiquiátricos", asegura la investigadora. Por lo tanto, concluye, conocer este subtipo de receptor puede ser relevante para el tratamiento de enfermedades psiquiátricas que presentan alteraciones de la percepción del propio “yo” similares a las que aparecen con el consumo de estos alucinógenos.
Referencia: Crystal structure of an LSD-bound human serotonin receptor (Cell) DOI: http://dx.doi.org/10.1016/j.cell.2016.12.033| The Fabric of Meaning and Subjective Effects in LSD-Induced States Depend on Serotonin 2A Receptor Activation (Current Biology) DOI: http://dx.doi.org/10.1016/j.cub.2016.12.030