Una variante genética implicada en los dolores de cabeza migrañosos podría haber proliferado entre los primeros humanos que se adaptaron al frío de las latitudes más al norte de Europa y Asia. Es la principal conclusión de un estudio publicado este jueves en la revista PLOS Genetics y encabezado por el equipo de Felix Key, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva.
Solo el 5% de la población nigeriana lleva esta variante del gen, frente al 88% de la población finlandesa
Para el trabajo, los autores centraron su atención en el gen TRPM8, que codifica el único receptor conocido que permite al organismo detectar el frío y responder a las bajas temperaturas. Haciendo un estudio comparativo de poblaciones, los científicos vieron que este gen está activo con mucha mayor frecuencia en las poblaciones que llegaron a latitudes más altas hace 25.000 años. Así, por ejemplo, solo el 5% de la población nigeriana lleva esta variante en su ADN, en comparación con el 88% de la población con ancestros finlandeses. La calve está en la expansión paulatina de los Homo sapiens al salir en una de las múltiples oleadas hace alrededor de 50.000 años y colonizar los climas mas fríos de Eurasia. “Esta colonización pudo venir acompañada de adaptaciones genéticas que ayudaron a los primeros humanos a adaptarse a las temperaturas frías”, indica Aida Andres, supervisora del estudio.
“El estudio muestra cómo las presiones evolutivas del pasado pueden influir en los genotipos actuales”.
Lo interesante del asunto es que esta variación genética que predomina mas en las poblaciones de climas más fríos ya había sido identificada como un factor fuertemente asociado a la aparición de los dolores de cabeza migrañosos. La migraña es un desorden neurológico que afecta a millones de personas en todo el mundo, pero que se da con mas frecuencia en las personas con ascendencia europea. Esta misma población es la que expresa este gen de adaptación al frío, por lo que los autores sospechan que ha contribuido de alguna manera a la prevalencia de este problema en la actualidad. “Este estudio”, concluye Key, “muestra de manera muy clara cómo las presiones evolutivas del pasado pueden influir en los genotipos actuales”.
Referencia: Human local adaptation of the TRPM8 cold receptor along a latitudinal cline. PLoS Genet 14(5): e1007298. https://doi.org/10.1371/journal.pgen.1007298