Cuando una persona escucha la palabra "borde" es posible que su cerebro ponga en marcha diferentes áreas en función del significado. Si está al borde un precipicio, por ejemplo, las neuronas que se activarán son muy diferentes de las que se disparan cuando le hablan de alguien áspero o desagradable. El equipo de Jack Gallant ha llevado a cabo un meticuloso trabajo de medición de señal cerebral para identificar las diferentes zonas de actividad en función de la información semántica.
El trabajo, publicado en la revista Nature, consistió en realizar resonancias magnéticas funcionales de siete voluntarios para analizar la actividad de su cerebro mientras escuchaban una grabación de dos horas de radio. Comparando la actividad de unos y otros, y las palabras escuchadas en la grabación, los autores han compuesto un atlas semántico que les ha servido para identificar hasta 100 áreas diferentes de la corteza cerebral en ambos hemisferios.
El resultado es una especie de gran mapa del cerebro y los lugares donde se encuentran los distintos significados de la misma palabra. Curiosamente, en los siete individuos las zonas se muestran bastante coincidentes, es decir, cuando la palabra tiene una asociación numérica, o cuando tiene que ver con edificios, o con plantas, se activa la señal en las mismas regiones del cerebro como si estuvieran organizadas por categorías similares, lo que podría deberse a las similitudes culturales entre los voluntarios.
Uno de los aspectos más interesantes del estudio es que tumba la imagen estática que a veces se tiene de las funciones del lenguaje en el cerebro: tendemos a pensar, recuerdan, que las palabras se almacenan en cajones, o que solo están en activo regiones muy concretas como el área de Brocca o de Wernicke, cuando lo cierto es que la actividad se produce en toda la corteza y en todas las regiones del cerebro.
Referencia: Natural speech reveals the semantic maps that tile human cerebral cortex (Nature) DOI 10.1038/nature17637