Entre las muchas capacidades que los animales han desarrollado durante millones de años la de regenerar su propio cuerpo sigue siendo de las más sorprendente. Los biólogos llevan décadas analizando qué mecanismo molecular y genético se pone en marcha en salamandras o ajolotes que hacen crecer una pata o su cola después de que el miembro sea amputado y tratando de entender en qué momento apareció esta capacidad.
Hay pruebas de regeneración 80 millones de años antes de la aparición de las salamandras
El equipo de Nadia Fröbisch ofrece nuevos datos esta semana en la revista Nature tras haber analizado los detalles anatómicos de varios fósiles de anfibios en rocas con una antigüedad de 290 millones de años, una fecha correspondiente al Carbonífero Superior. Su conclusión es que la regeneración de miembros ya existía en este grupo de tetrápodos en una fecha tan temprana que antecede en 80 millones de años la aparición de las primeras salamandras en el registro fósil.
Esto significa, según los autores, que la regeneración de tejidos estaba presente entre estas criaturas y quizá estaba más extendida que en la actualidad. La propia evolución de los tetrápodos, especulan, pudo hacer que la capacidad fuera desapareciendo hasta quedar solo en los grupos de salamandras actuales.
En un trabajo relacionado publicado en Nature Communications, Jeremy Brockes y su equipo muestran además que los genes Prod1 y Bmp2 son necesarios para la formación preaxial de los dedos durante la formación de los miembros de la salamandra, el mecanismo que está en el origen de esta capacidad para regenerarse.
Referencias: Deep time evolution of regeneration and preaxial polarity in tetrapod limb development (Nature) DOI 10.1038/nature15397 | An orphan gene is necessary for preaxial digit formation during salamander limb development (Nature Communications) DOI 10.1038/ncomms9684