Cada día nos movemos, trabajamos o tomamos decisiones rodeados de todo tipo de ambientes sonoros. Aunque se conoce que los estímulos auditivos pueden modificar nuestro ánimo, ¿hasta qué punto puede una variación de tono cambiar nuestras emociones? El equipo de William Forde Thompson ha realizado una serie de experimentos exhaustivos con un grupo de 140 voluntarios para profundizar en la cuestión y sus resultados confirman que no solo estamos condicionados por el sonido, sino que un pequeño cambio en la frecuencia o la intensidad puede cambiar nuestras emociones de la misma manera que un discurso o la música.
Los voluntarios imaginaban que eran directores de cine manejando ambientes musicales
El trabajo, publicado este lunes en la revista PNAS, consistió en una serie de pruebas con voluntarios de más de 40 minutos en las que les pedían que valoraran la emoción que les despertaban determinados sonidos, incluyendo distintas variantes. "Tu tarea es comprara dos sonidos y valorar la connotación emotiva del segundo respecto al primero", rezaban las instrucciones. "Para ayudarte en la tarea", prosigue, "puedes imaginar que eres un director de cine y tu editor de sonido te ha presentado una serie de sonidos ambientales para crear un ambiente emocional en la película".
Con estas directrices, los sujetos valoraron 24 sonidos con distintas variantes en función de la emoción que evocaba en ellos. En una segunda fase de los experimentos los voluntarios valoraron diferentes expresiones faciales en función del ambiente sonoro y los resultados mostraron que la impresión de las personas variaba en función del tipo de sonido ambiental que escuchaban.
Aunque el resultado no es novedoso, el trabajo ofrece detalles muy interesantes sobre la influencia en las emociones de sonidos que no son la palabra humana ni la música y retoman, según los autores, la idea lanzada por Charles Darwin sobre si el origen de la música y el lenguaje partieron de un sistema común de señalización emocional.
Referencia: Human emotions track changes in the acoustic environment (PNAS)