Ciencia

Cuando el topillo no tiene quien le consuele

Un estudio indica que la empatía es más común entre los animales de lo que se pensaba y que, como en nosotros, también está implicada la oxitocina.

  • Dos topillos como los del estudio sobre la empatía

Consolar a aquellos seres queridos que se encuentran mal o estar estresados parece una facultad intrínsecamente humana, pero también la comparten otros animales. Hasta ahora se ha comprobado que esta capacidad para empatizar se produce en animales muy sociales, como los elefantes, los delfines o los perros, pero ¿se producirá en criaturas más pequeñas como los topillos (Microtus ochrogaster) que pueblan las laderas de Norteamérica?

Los amigos y familiares se contagiaban de este estrés

El equipo de James Burkett ha querido poner a prueba a estos pequeños roedores, que tienen una vida muy social, y han realizado una serie de experimentos que publican este jueves en la revista Science. Durante las pruebas, los investigadores aislaron a unos topillos de otros, escogiendo a los que tenían relaciones parentales o de amistad con otros, y sometieron a uno de ellos a suaves descargas eléctricas que le indujeron una situación de ansiedad. Cuando dejaban al topillo estresado reunirse con sus compañeros, estos le daban más lametones y durante más tiempo que en el caso del grupo de control (donde se reunía a parejas de topillos que no habían pasado por la prueba de estrés).

Pero no solo eso. Las pruebas indicaron que los amigos y familiares se contagiaban de este estrés cuando uno de sus seres queridos no encontraba consuelo con sus 'carantoñas'. El hecho de que estos comportamientos de consuelo mutuo solo ocurrieran entre topillos amigos o relacionados familiarmente y no con los topillos "extraños", indica a los autores que no se trata de un simple reflejo.

Los científicos bloquearon la oxitocina para observar qué sucedía.

Dado que en estas situaciones, cuando se trata de humanos, la oxitocina tiene un papel fundamental, Burkett y sus compañeros hicieron una serie de pruebas en las que bloquearon esta hormona para observar qué sucedía. Y lo que pasó fue que los animales dejaban de consolarse unos a otros. Estos hallazgos, concluyen los autores del estudio, aportan nuevos datos sobre la empatía y la evolución de comportamientos empáticos complejos en animales.

Referencia: Oxytocin-dependent consolation behavior in rodents (Science)

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