Hace casi diez años, el 29 de diciembre de 2013, la vida de Michel Schumacher no volvió a ser la misma tras un trágico accidente de esquí. El piloto de Fórmula 1 sufrió una caída en Méribel (Alpes franceses) que le provocó un traumatismo craneoencefálico y una hemorragia cerebral.
Tras medio año en coma en el hospital de Grenoble, en junio de 2014 fue ingresado en el centro hospitalario de Lausana, en Suiza, y más tarde en su casa en Gland, donde permanece hospitalizado desde entonces. En este tiempo, poco se ha sabido de su evolución, pues su familia guarda con celo el verdadero estado del piloto.
De hecho, su mánager ya ha justificado el secretismo asegurando que "somos conscientes de que, para algunos, es difícil de entender, pero actuamos así de completo acuerdo con la opinión al respecto de Michael y agradecemos su comprensión", añadió la manager.
Diez años después
Ahora, casi una década después del accidente, el que fuera su jefe en Ferrari durante diez años (1996-2006), Jean Todt, ha arrojado algo de luz sobre cómo se encuentra. En una entrevista en el diario francés L'Equipe, Todt ha declarado que "Michael está aquí, así que no lo extraño".
Pero, a pesar de ese mensaje esperanzador, sí admite que "ya no es el Michael de antes, es diferente". Ha lamentado que "desafortunadamente, el destino lo golpeó hace diez años y ya no es el Michael que conocimos en la F1".
Todt ha recordado el "el privilegio de poder compartir momentos con él" y, a pesar de todo, ha asegurado que Schumacher está bien cuidado por "su esposa e hijos que lo protegen".
De hecho, ya en 2022 Todt declaró que "los aficionados deben saber que se encuentra en las mejores manos. En la mejor situación que se puede estar y rodeado de la gente que le quiere".