Sigue desintegrándose la plantilla del que fue último Barcelona Lassa de la era Xavi Pascual. Tras Tomas Satoransky, la última pieza importante que ha emprendido sorprendentemente el camino de las Américas ha sido el escolta Álex Abrines, que jugará la próxima campaña en los Oklahoma City Thunder.
Así lo ha anunciado la entidad azulgrana mediante un comunicado, manifestando que Abrines ha transmitido al club su decisión de abonar su cláusula de rescisión para convertirse en jugador sin ataduras contractuales y emprender el camino hacia la mejor liga del mundo, donde cobrará 17 millones de dólares en los próximos tres cursos.
El adiós del escolta mallorquín, de 22 años, que tenía contrato hasta el año 2019, no era algo que en Can Barça se pudiese adivinar, al menos a corto plazo. Abrines aterrizó en el club azulgrana en julio de 2012 y en las últimas cuatro temporadas, aun con problemas de lesiones, se había convertido en uno de los jugadores más talentosos de la plantilla. Su progresión, por ejemplo, le ha permitido ser ya un habitual en la selección española.
Muchas dudas sobrevuelan el salto del balear a una plaza tan exigente. Si bien técnicamente su nivel es extraordinario, el físico del español le puede hacer sufrir en su puesto ante muchos rivales. La posición de escolta en la NBA cuenta con auténticos pivilegiados atléticos, por lo que el que fuese también jugador del Unicaja de Málaga tendrá que frecuentar el gimnasio en su nueva casa.
En la Ciudad Condal, por su parte, se preocupan por seguir armando el puzzle del primer plantel que dirigirá Georgios Bartzokas. Necesitados de refuerzos perimetrales que sean desequilibrantes en ataque, los catalanes apuntan a Tyrese Rice como pieza de tronío. El norteamericano, con pasaporte montenegrino, estaría cerca de completar su salida del Khimki, al que pertenece actualmente, según ha confirmado Pavel Astakhov, general manager de los rusos. Víctor Claver es el otro refuerzo que sigue en la recámara, a punto de cuajar.
