El fútbol, aunque haya días que no lo parezca en absoluto, es un deporte, a la postre, justo. Que se lo digan a Xabi Alonso, Míchel, Unai Emery, José Bordalás, Imanol Alguacil o Pep Guardiola, por citar a algunos. Todos ellos comparten una característica única, y es que son entrenadores de reconocido prestigio en el mundo del balompié.
La labor de los técnicos, aunque siempre cuestionada y ardua, acaba encontrando los elogios en el momento necesario para no desfallecer. Entrenadores españoles ha habido muchos y muy buenos, y el reconocimiento de la táctica nacional ha sido siempre algo habitual en los foros celebrados a principios de temporada entre las principales mentes del continente.
Transcurrida un poco más de la mitad de la temporada, ya se puede empezar a hacer análisis e ir poniendo las primeras notas a los técnicos españoles que triunfan en esta 2023/2024, bien sea a nivel nacional o europeo.
Xabi Alonso lidera el talento español
Es inevitable empezar hablando de la labor de Xabi Alonso en el Bayer Leverkusen. El tolosarra llegó a la disciplina del club alemán en octubre del 2022, en medio de una vorágine autodestructiva de los teutones.
Tras unos meses de adaptación, empezó la presente temporada como un avión. Actualmente, con 18 jornadas disputadas en la competición doméstica, el Bayer marcha líder de la Bundesliga con 48 puntos, siete más que el Bayern München, aunque estos con un partido menos. En Europa League, Alonso y sus chicos hicieron una brillante fase de grupos en la Europa League, sumando los 18 puntos posibles.
Xabi Alonso ha implantado el 3-5-2 como pilar principal, que puede cambiar a 5-4-1 o 5-2-3 en función de lo que demande la situación de partido. Aunque su Leverkusen es, principalmente, un equipo combinativo, que construye de abajo a arriba las jugadas, nunca renuncia a la verticalidad si lo pide el contexto.
Los resultados llegan cada semana, y el prestigio de Alonso crece exponencialmente. Hasta el punto de haber estado en la terna de posibles sustitutos de Carlo Ancelotti si finalmente firmaba por la selección brasileña, rumor que quedó acallado con la renovación del italiano hasta 2026.
Junto al Leverkusen, el equipo revelación de la temporada es el Girona. Aunque ya hemos hablado largo y tendido de su trayectoria, no se puede dejar de ensalzar la labor de Míchel. El madrileño, que ya en el Rayo Vallecano (ay, qué malas son las prisas) y el Huesca empezó a dejar brotes verdes, ha encontrado en la entidad catalana una zona de confort donde exprimir y desarrollar su idea de fútbol.
Experto en ascensos, acumula tres subidas de Segunda a Primera con vallecanos, oscenses y gerundenses, ha logrado la estabilidad, que es lo más difícil de conseguir en un club modesto. El Girona tiene la misma situación liguera que el Leverkusen, marcha líder de la LaLiga, aunque con un partido más que el Real Madrid. El único lunar de la temporada es haber caído en los cuartos de la Copa del Rey ante el Mallorca, pero tiene su presencia casi garantizada en la próxima edición de la Champions League, un hito otrora impensable.
Si hablamos de excelencia sostenida en el tiempo, hay que irse al Manchester City de Pep Guardiola. A las cinco Premier League ganadas en los últimos seis años se sumó, la temporada pasada, la ansiada Champions League ante el Inter de Milán. Guardiola ha conseguido fijar un estilo y una disciplina futbolística en un club que, aunque sigue gastando ingentes cantidades de dinero, tiene claro qué fútbol quiere jugar y con qué perfil de jugadores.
Y eso es algo vital en esta clase de proyectos. Basta con ver al PSG, Chelsea o Manchester United para observar que se puede ser multimillonario y desperdiciar cada centavo invertido. Pep es un referente indiscutible a nivel mundial, uno cuyo legado está fuera de toda discusión en los anales del balompié. Nadie sabe si su trayectoria en el City está cerca o lejos de terminar, pero seguro que allá donde vaya tratará de mantenerse fiel a su idea.
En la Premier también triunfa Mike Arteta con su Arsenal de trincheras, dando la cara en Europa y la competición doméstica. Andoni Iraola sobrevive después de un inicio complicado en el Bournemouth.
Emery, Alguacil y Bordalás, gran clase media
Al margen de los tres entrenadores anteriormente citados, en el horizonte tenemos otra tanda igualmente loable. La labor de Unai Emery en el Aston Villa es sobresaliente. Cuartos, en puestos de UCL, los de Birmingham están rentabilizando el proyecto centrado en el técnico de Hondarribia. Acusado de estar más capacitado para sacar jugo a clubes pequeños que grandes, Emery sabe moverse como nadie en estas aguas. Sevilla, Valencia y Villarreal son los mejores ejemplos de cómo llevar a la élite a equipos del segundo escalón.
Imanol Alguacil es otro de los nombres propios del fútbol español. Con varias temporadas de gran fútbol, su Real Sociedad ha dado el gran paso adelante en la Champions League, donde ha terminado primero de un grupo muy difícil junto a Inter y Benfica. En el País Vasco también triunfa Ernesto Valverde con su Athletic atrevido, plagado de jugadores verticales y valientes que traen el buen fútbol a San Mamés. Ambos equipos han alcanzado las semifinales de Copa del Rey.
Por último, pero no menos importante, el trabajo de José Bordalás en el Getafe. Aupado por una gran primera etapa, volvió a Getafe a finales de la pasada campaña para salvar al club de un descenso casi inevitable. En verano llegaron los refuerzos, aunque los primeros partidos de Liga no invitaban al optimismo.
Sin embargo, y gracias al trabajo constante, Bordalás le dio la vuelta a la situación, en sintonía con García Pimienta y la UD Las Palmas. El fútbol no solo vive de estrellas, también de currantes. Y ahí, Bordalás es el mejor de todos. Bendita cantera de entrenadores españoles.