Una semana después de que Nico Rosberg soltase la bomba de su retirada y dejase vacante uno de los dos asientos más cotizados de la Fórmula 1 la marabunta de pilotos que se postulaban al mismo, más de 20 según el propio Toto Wolff, ha quedado reducida a tres o cuatro candidatos, entre los que aún aguantan los españoles. Valtteri Bottas sigue siendo el principal favorito debido a que los lazos que le hilan a Wolff, así como los que unen a Mercedes y Williams, facilitarían la operación. Por si acaso, además, Wehrlein estaría en la recámara, bien como solución de urgencia para Mercedes o bien como moneda de cambio para Williams.
Sin embargo, aunque las de Bottas o Wehrlein son las más factibles, no son las opciones favoritas de Mercedes. Esa sería la de Fernando Alonso, piloto por el que Wolff bebe los vientos desde hace años y que garantizaría un rendimiento a la altura del coche. Curiosamente Alonso no ha sido descartado públicamente como candidato al volante, a pesar de que otros pilotos con contrato como Ricciardo, Vettel o Verstappen ya han quedado fuera de la carrera por ese mismo motivo.
El gran escollo sería McLaren-Honda. El asturiano tiene un gran compromiso moral con los japoneses, que no con McLaren, y piensa que sería deshonesto abandonarlos ahora. Además, Alonso ya ha probado el coche del año que viene y difícilmente McLaren le deje llevarse esos datos tan valiosos a Mercedes. De todos modos, por si acaso, Mercedes ya prepara los cerca de 25 millones de euros que serían necesarios pagar para sacar a Fernando de Woking.
El gran avalador del fichaje de Alonso sería Bernie Ecclestone, el padrino de la Fórmula 1, que lleva toda la semana haciendo campaña para volver a juntar al español con Lewis Hamilton. Tanto él como los nuevos gestores americanos creen que lo mejor para el espectáculo sería unir a los dos mejores pilotos de la parrilla en el mejor coche y así rememorar los tiempos de Senna y Prost. En una época de dominio absoluto de Mercedes, tener un segundo piloto en el rol de escudero sería letal para las audiencias.
No obstante una tercera vía aparece en el horizonte, y esa es la de Carlos Sainz. Aunque el piloto español tiene contrato por una temporada más con Red Bull, romperlo sería mucho más factible al ser un piloto del segundo equipo, Toro Rosso. Sainz gusta en Mercedes porque podría ser un "anti-Verstappen" a largo plazo. En Mercedes también valoran el golpe que supondría a sus rivales de Red Bull y el poder de atracción de patrocinadores españoles que tendría el madrileño, ahora que Petronas abandona la Fórmula 1.
Además, su carácter taimado y su sorprendente velocidad (venció a Verstappen con el mismo coche en clasificación) convierten a Sainz en una opción más que real para Mercedes, quienes ven en él un perfil muy similar al de Nico Rosberg. Y, de paso, se cumpliría una norma no escrita de la Fórmula 1 que dice que el campeón de la GP2, en este caso Pierre Gasly, siempre debe ascender a la máxima categoría. Gasly, piloto de Red Bull, se podría hacer con el asiento vacante de Sainz.