La Euroliga de baloncesto cambia de formato y con los mejores dieciséis equipos de Europa en un único grupo, a doble vuelta, se convierte en una batalla total de todos contra todos, con no menos de seis u ocho aspirantes al título.
La máxima competición continental consigue una vieja aspiración, la de convertirse en una auténtica liga, en la que todos los equipos deben enfrentarse a todos, a ida y vuelta. Después los ocho primeros jugarán el playoff de cuartos de final, al mejor de cinco partidos, que darán paso a la Final a cuatro, que en esta ocasión se jugará en Estambul del 19 al 21 de mayo.
CSKA Moscú, vigente campeón, Fenerbahce, finalista, Real Madrid, Barcelona, Olympiacos, Galatasaray, Panathinaikos y Baskonia aparecen en la primera línea de aspirantes, aunque nadie descarta de antemano a equipos de la categoría de Maccabi Tel Aviv, Estrella Roja, Zalgiris Kaunas, EA7 Milán, Darussafaka, Brose Bamberg, Unics Kazan y Anadolu Efes.
Cuatro equipos turcos, tres españoles, dos rusos, dos griegos, un serbio, un israelí, un alemán, un italiano y un lituano componen la formación de salida con lo mejorcito del continente.
Serán treinta jornadas importantes, trascendentales para buscar una clasificación entre los ocho primeros que se prevé muy cara para todos. Prácticamente seis meses de competición con un desgaste muy elevado, sobre todo para los tres representantes españoles que son los que tienen la liga doméstica de más nivel.
Los equipos han tenido que ampliar plantillas para afrontar los hasta 85 partidos que pueden tener que llegar a disputar los clubes españoles caso de llegar hasta el final en todas las competiciones.
Al ser la primera vez que la Euroliga adopta este formato, la gestión de las plantillas, las lesiones y los estados de forma de los jugadores adquieren más importancia si cabe. Será una batalla global y total, sin red.
El Real Madrid contará con catorce jugadores a las órdenes de Pablo Laso. El equipo ha intentado mantener el bloque, aunque la salida de Sergio Rodríguez a la NBA le priva de la magia de lo imprevisible.
El refuerzo en el juego interior con Othello Hunter y Anthony Randolph hacen al Real Madrid más fuerte en uno de los aspectos en los que podía tener ciertas carencias en años anteriores.
El Barcelona tras dos años en blanco necesita volver a sentirse importante y ha cambiado de dirección en el banquillo dando el timón al griego Georgios Bartzokas. Víctor Claver y Tyrese Ryce son las cara nuevas de una plantilla que sigue teniendo de todo, calidad, altura, fuerza y tiro.
El Baskonia quiere volver a ser un clásico en Europa y tras meterse en la Final a cuatro de Berlín 2015, aspira a estar entre los mejores lo que intentará conseguir con uno de los fichajes de relumbrón en Europa.
El regreso, tres su paso por la NBA, del italiano Andrea Bargnani, junto a los fichajes de Shane Larkin, Josh Akognon, Trevor Cooney, Rafa Luz y Johannes Voigtmann, asegura un equipo competitivo. Tanto cambio podría ser algo negativo para cualquiera, menos para un Baskonia acostumbrado a reinventarse año tras año.
La Euroliga cambia de formato deportivo, pero también aumenta los premios económicos para los equipos participantes, que se embolsan 150.000 euros por estar en la línea de salida. La victoria en la fase regular pasa de 7.000 a 40.000 euros y esta suma se incrementa hasta los 70.000 en los playoff.
Después el campeón se embolsará un millón de euros, el finalista 500.000, 300.000 el tercero y 200.000 el cuarto. En total, los clubes se repartirán alrededor de treinta millones de euros.
Un pastel que comienza a ser goloso para todos los equipos y que los seguidores europeos quieren degustar en pequeñas porciones, desde el próximo 12 de octubre hasta el 7 de abril. Después llegarán los playoffs y la Final a cuatro. Comienza la batalla total.