Guardiola no salía de su asombro. Sus explicaciones a Thiago cuando éste ya no estaba en el campo parecían un lamento. Pep sucumbió ante la pizarra, el trabajo táctico y la preparación del primer asalto que trazó a conciencia Simeone. No es la primera lección que el Cholo ofrece en Champions ante lo más selecto del orbe técnico europeo. Luis Enrique tuvo que tragarse la semifinal en casa tras caer arrollado en el Vicente Calderón en cuartos de final, pero no fue el único al que el técnico argentino sacó los colores. Simeone no es perfecto, comete errores, pero cuando lo borda roza la perfección. Y eso hizo en una primera parte extraordinaria mientras Pep resoplaba en el banquillo.
Por ese trance han pasado Zidane, Benítez, Cocu, Mourinho en otra semifinal de Champions el año de Lisboa... El Cholo no sólo es un motivador nato, es el líder de una afición que le adora, un meticuloso trabajador que prepara cada detalle de la mano del Mono Burgos, pero además un multiplicador de rendimientos. Y eso lo hace con cada uno de sus futbolistas que se crecen, nunca dejan de creer y sacan lo mejor de sí mismos en cada acción, cada metro, cada balón, cada jugada. Todo ello en pos de un objetivo común. De un trabajo en EQUIPO con mayúsculas. Ese será, sin duda, uno de sus mayores legados al margen de los títulos y el cambio provocado a un equipo que pasó de la penumbra al éxtasis. Partido a partido.
El otro nombre de la semifinal es Saúl. Un jugador absolutamente excepcional que ayer demostró al mundo entero, con Del Bosque como testigo directo, que no puede haber Eurocopa sin él. Su jugada la podría haber firmado el propio Messi, pero lo hizo este virtuoso con un potencial inacabable que curra como el que más, asiste, juega de vicio y aparece en las grandes citas marcando y decidiendo. Mucho se ha hablado de él y su futuro, la mayoría de las veces intencionadamente para provocar su fuga de Atleti. Sin embargo, Saúl es patrimonio rojiblanco le pese a quien le pese y para ello el club, a instancias del Cholo, buscó una renovación hasta 2020 con una cláusula a la altura de lo que vale: 70 millones de euros. Le buscarán, pero él ya sentenció en su día su compromiso. "Si el Atleti me da un contrato de por vida lo firmo ya"