Cuesta retrotaerse a enero de 2007 e imaginar a Fernando Gago, joven futbolista argentino procedente del Boca Juniors y fichado por el Real Madrid, retenido varias horas en las dependencias de inmigración del aeropuerto de Barajas. Y cuesta mucho más elucubrar siquiera que la policía, sin atender a razones, hubiese metido a Gago en un avión, deportándolo de vuelta a su país.
Pues exactamente eso es lo que le ha sucedido este jueves a Lucas Bolo. También procede del Boca Juniors, es una joven (22 años) figura del deporte argentino y, en su caso, ha sido fichado por el Santiago Futsal, equipo gallego de la Primera División de fútbol sala.
Lucas 'Coco' Bolo viajó desde Buenos Aires acompañado por Juan 'Gallego' Rodríguez, otro fichaje argentino del Santiago. Este, de padre asturiano, tiene pasaporte comunitario, así que no tuvo problema alguno tras aterrizar en España.
Bolo, en cambio, no pasó el control. Viajó sin visado -obligatorio cuando vienes a trabajar-, así que al principio dijo que venía como turista (no hace falta visado). Pero, al parecer, durante el interrogatorio de la policía se aturulló, cometió varios renuncios y ya no salió del aeropuerto.
En lo poco que pudo contar al Santiago Futsal aseguró que portaba el resguardo de haber solicitado el visado, pero fuentes de la policía sostienen de forma rotunda que entre la documentación presentada por el deportista no había nada relacionado con el visado ni su solicitud.
Por supuesto, el club gallego acreditó que Coco tiene contrato de trabajo, residencia en Galicia y demás requisitos para ejercer de futbolista profesional. No sirvió de nada.
Durante unas horas interminables, desde Santiago movieron todos los hilos posibles, incluida una comunicación directa desde la Delegación de Gobierno de Galicia a la de Madrid. No hubo nada que hacer.
A última hora de la noche, obligado por las autoridades españolas, Lucas Bolo fue extraditado. Se subió a un avión y viajó de vuelta a Argentina.
"En Migraciones de España no me dejaron pasar", relató Bolo a la web pasiónfutsal.com. "Estoy bien, la semana que viene seguro que voy. Se portaron de diez los dirigentes del club, hicieron todo lo que pudieron y estuvieron siempre cerca mío", añadió.
Son unas declaraciones tranquilizadoras para el Santiago Futsal porque hace tres años le pasó lo mismo a otro jugador internacional argentino de fútbol sala, Santiago Basile. Le fichó el Manacor, le deportaron y luego no quería volver a viajar a España.
Sin dudar de la estricta legalidad de estas deportaciones, lo que sorprende es precisamente tanta rigurosidad en casos donde resultan evidentes y demostrables las razones de la urgencia en viajar a España de unos deportistas de élite que deben comenzar a entrenarse cuanto antes con su equipo.
¿Serían tan inflexibles con Gago u otro fichaje de relumbrón de un equipo grande de fútbol en idénticas circunstancias?