Bernie Ecclestone ha asegurado a los manifestantes en Bahréin que entiende sus quejas y está dispuesto a reunirse con las figuras de la oposición antes de la carrera de Fórmula 1 más polémica del año. Sin embargo, en comentarios que podrían causar hostilidad entre los activistas de derechos humanos y pro-democracia, el jefe supremo de la Fórmula 1 también comparó la agitación social vivida en el reino del Golfo con la amenaza de protestas contra el funeral de la ex primera ministra británica Margaret Thatcher que se celebrará el miércoles en Londres.
"Estoy feliz de hablar sobre esto con todo el mundo, como hice antes", dijo en comentarios a periodistas británicos publicados este martes, mencionando que se había reunido con miembros del grupo de oposición Al-Wefaq el pasado año tanto en Londres como en Bahréin. "No queremos que haya problemas. No queremos ver a la gente discutiendo y luchando por cosas que no entendemos, porque realmente no entendemos… Algunas personas sienten que es nuestra culpa que haya problemas", declaró.
El multimillonario británico de 82 años ha dicho en repetidas ocasiones que no tiene ningún motivo de preocupación antes de una carrera que tuvo que ser cancelada en 2011 después del levantamiento y de la sangrienta represión por parte del gobierno y que salió adelante el año pasado con un fondo de bombas y gases lacrimógenos.
Pese a haber restado importancia a algunos de los comentarios anteriores sobre la agitación, esta vez dejó claro que entendía a ambas partes y que no era insensible con la oposición: "Somos muy comprensivos con ellos. No olviden que fui el único cuando se produjo el apartheid en Sudáfrica que se retiró de la carrera".
El personal de la Fórmula 1 y los pilotos han comenzado a llegar a Bahréin después del GP de China celebrado el fin de semana anterior, originando protestas a medida que se acerca la cuarta carrera de la temporada.
Mientras, el periódico bahreiní 'Gulf Daily News' informó este martes de cuatro explosiones, incluyendo una en el centro financiero de la capital Manama en la noche del domingo y una causada por un cilindro de gas situado en un coche robado en un aparcamiento del distrito financiero de Bahréin. Un grupo radical opositor, la Coalición de Jóvenes del 14 de febrero, se atribuyó la responsabilidad y advirtió de que podrían continuar con "operaciones" similares.
Hay una presencia policial visible en Manama y los enfrentamientos diarios, en gran parte inadvertidos más allá de la región, aún emergen entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad en un país gobernado por suníes y donde la mayoría chií se queja de discriminación.
Por si la tensión interna no fuera suficiente, el grupo de hackers Anonymous ha amenazado con atacar las páginas web oficiales de la Fórmula 1 y del Gran Premio de Bahréin. Visto por cientos de millones de personas en todo el mundo, el GP de F1 pone a Bahréin en el centro de atención mundial y las autoridades están dispuestas a utilizarlo como escaparate del país. También da a la oposición una oportunidad para destacar sus quejas.
La oposición y el gobierno reanudaron las conversaciones de reconciliación en febrero por primera vez desde 2011, cuando se reprimieron las protestas y murieron al menos 35 personas, aunque los progresos han sido más bien escasos. La oposición eleva la cifra total de fallecidos a más de 80.