Esos 555 millones de euros ya son historia del deporte. Esa cantidad que el Barça está pagando al astro argentino desde 2017 es desproporcionada. Una barbaridad que roza lo obsceno. Un auténtico delirio. Entre otras cosas, porque el contrato del diez argentino desvelado por El Mundo contiene unas cláusulas surrealistas que, como ya contábamos aquí hace unos días, más bien parecen una forma camuflada de engordar la ficha de por sí astronómica.
Una locura de contrato, no puede negarse. Pero si se tienen en cuenta tanto su rendimiento, que puede medirse en las estadísticas, como los ingresos que genera, bastante más difíciles de cuantificar, la pulga es mucho más rentable que Dembelé, Neymar o Hazard, por citar tres fichajes galácticos recientes. Y también resulta bastante más barato que otros compañeros de filas como Coutinho o Griezmann, sin ir más lejos.
Veamos las cifras para comparar con conocimiento de causa. Desde la temporada 207-2018, durante la que firmó su renovación, hasta ahora mismo Messi ha marcado 140 goles en los 166 partidos jugados como azulgrana. Números que le han servido para hacerse con un balón de oro (2019) y dos botas de oro (2017-18 y 2018-19). En ese tiempo el Barça ha ganado dos Ligas, una Copa y una Supercopa, si bien esos cuatro títulos están ensombrecidos por los naufragios estrepitosos en la Champions League (remontadas de Roma y Liverpool y ridículo en el 8-2 frente al Bayern).
Dice el refranero que lo barato acaba saliendo caro. Pero en este caso lo caro sale barato. Porque si se comparan sus números con los de esos otros ejemplos de fichajes multimillonarios, Messi sale más que barato al Barça
El todopoderoso PSG pagó al Barça 222 millones de euros por Neymar en el verano de 2017. En sus cuatro campañas en Francia, el delantero brasileño ha logrado 67 dianas y solo ha disputado 85 partidos porque ha estado lastrado por las lesiones. El Real Madrid desembolsó en 2019 unos 130 millones (la prensa belga eleva la cifra hasta los 160) por Hazard. El siete, también lesionado a menudo, ha jugado 30 partidos y ha marcado tan solo dos goles.
Con todo, los mejores ejemplos de jugadores que salen carísimos por su bajo rendimiento están en el propio vestuario del Camp Nou. Uno de los casos más ruinosos es el de Dembelé, que costó casi 150 millones de euros. Ahora, por fin, está empezando a despuntar, pero no puede olvidarse que en sus cuatro temporadas como azulgrana lleva apenas 21 goles marcados y 86 partidos disputados. Su contrato, por cierto, también incluye esas extrañas piruetas de las primas que sirven para aumentar el coste por la vía de conceptos demenciales.
Tampoco está mal lo de Griezmann, por cuyo fichaje el Barça pagó 120 millones, que tiene una de las fichas más altas de Europa y que, hasta ahora, ha metido 19 goles en 66 partidos jugados en su año y medio de azulgrana. Pero el ejemplo más sangrante es el de Coutinho: 160 millones (con las primas variables incluidas) se gastó el club catalán por un jugador que ha logrado 24 dianas en 88 partidos y que tuvo que irse un año cedido al Bayern por su escaso brillo, por decirlo suavemente.
Messi ha llevado la marca Barça a la cima. Su presencia provoca más inversión que cualquier otro jugador. Sus goles y su fama tienen mucho que ver, aunque sean intangibles, con que el club ingresase más de 700 millones de euros en 2020
Dice el refranero que lo barato acaba saliendo caro. Pero en este caso lo caro sale barato. Porque si se comparan sus números con los de esos otros ejemplos de fichajes multimillonarios, Messi sale más que barato al Barça. Podrá aducirse, claro, que otros muchos jugadores de numerosos clubes son más rentables porque perciben salarios mucho más bajos o incluso irrisorios en comparación con lo que se embolsa el diez culé.
No obstante, esos otros futbolistas, por rentables que sean, no generan el negocio que genera la pulga. Messi ha llevado la marca Barça a la cima. Su mera presencia en el equipo provoca más inversión que cualquier otro jugador, quizás incluso atraiga más dinero que todos sus compañeros juntos. Sus goles y su fama tienen mucho que ver, aunque sean intangibles, con que el club ingresase más de 700 millones de euros en 2020, el terrible año de la pandemia.
La publicación de los detalles de su contrato abona la teoría de que Messi va a tener que irse a final de temporada para aliviar los problemas del club. Pero esos problemas no surgieron de lo que el Barça paga al argentino, sino de lo que pagó por los citados Dembelé, Coutinho o Griezmann. Esos sí que han resultado caros. El coste acumulado de los tres ronda los famosos 555 millones de euros. Pero Messi, el solito, genera dentro y fuera del campo más que ellos tres juntos.