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Cristiano, preso de su propia voz

   

"Yo no me lesiono porque hago bien las cosas". O no conviene escupir hacia arriba o Cristiano Ronaldo (o el Madrid) ha hecho algo mal. Porque como ya ocurrió en noviembre nada más pronunciar la categórica sentencia, después de una catarata de eufemismos y medias verdades, resulta que el portugués se ha lesionado. Un percance muscular en el bíceps femoral izquierdo, según reza el superficial parte médico emitido por el club después de que se filtrara la noticia y se viera acorralado. Rotura fibrilar, según el entorno del futbolista. "Y las cosas no suceden por casualidad", asegura el portugués en estos casos.

Un contratiempo en un momento crucial de la temporada que en el fondo es inherente a la condición del futbolista, gajes del oficio. Pero no se sabe por qué, quizás por la frase que irremediablemente se le vuelve, con el portugués nunca se trata de asumir de frente. Como si fuera una palabra prohibida. Lesión, un término innombrable, una conexión que evitar a toda costa. Y por eso se niega. O se disfraza. O se confunde. Hay cuestiones sobre las que es mejor no entretenerse: las mujeres no hacen ciertas necesidades y Cristiano no se lesiona. Punto. Así que si Ancelotti no le convoca es por precaución. No es que le pase nada, simplemente descansa. Pero finalmente, después de muchos rodeos, resulta que sí, que como los de su gremio a veces se rompe.

Y tan categórico fue Cristiano cuando el que convalecía era Messi, "yo no me lesiono porque hago bien las cosas", que debería aclarar si en su caso se trata de un accidente (como sucede cuando se rompen los demás) o de una negligencia evitable. Si es o no consecuencia de la sobrecarga de partidos y minutos. O sólo es la ley de Murphy. Porque estas cosas tan comunes, lo dijo CR7, "no suceden por casualidad".

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