España cumplió en Palma, aunque lo hizo sin brillo. En uno de esos partidos que ya son clásicos cuando juega de local, y cada vez más hasta de visitante, en los que el rival planta un autobús. La paciencia, la velocidad en la circulación de balón y la entrada por bandas se convierten en elementos decisivos. Cuando alguno falla el camino se torpedea.
Del Bosque sorprendió a todos cuando el debate de la portería se silenciaba. En Son Moix dejó en el banquillo a Casillas y dio el relevo a Víctor Valdés. La primera vez en un partido de los considerados importantes. Es el mensaje del seleccionador a Iker. Si no juega con asiduidad en el Madrid, tendrá difícil la titularidad en el Mundial de Brasil.
La otra gran novedad fue debutante Michu, aunque las vías de pase estaban bien cerradas por la poblada defensa bielorrusa. El portero bielorruso, Gutor, vivía una noche plácida. Sólo intervino en la primera parte a un disparo potente centrado de Silva a los 37 minutos. Vio como sus compañeros defendían bien y el balance ofensivo era la lucha de uno contra el mundo.
Al borde del descanso el árbitro perdonó un claro penalti por otra mano de Piqué, a centro de Martynovich, que habría significado además su expulsión. España necesitaba un cambio y a Del Bosque no le tembló el pulso en el descanso. Recurrió a Iniesta, suplente con molestias musculares, y pasó a defensa de tres al sentar a Monreal.
Si la posesión ya era española, en el segundo acto Bielorrusia no vio el balón. Sus fuerzas fueron bajando con el paso de los minutos y el toque de España, con algo más de profundidad cuando Cesc adelantó su posición y entró en punta Negredo.
Los cambios funcionaron a Del Bosque y el premio llegó a los 61 minutos. España derribaba el muro en una acción a balón parado. De nuevo en una falta provocada por Pedro, que prolongó en el segundo palo Piqué y enganchó llegando desde atrás Xavi con potencia a la red. Era el premio al trabajo en un día sin brillo.
España juega al ritmo de Xavi y necesita su mejor versión en el Mundial de Brasil, en la última aparición de un jugador clave en la época gloriosa de la Roja. La cita no se la quiere perder por nada del mundo Negredo y cada que vez que juega marca. Ramos puso un centro medido con rosca y el delantero madrileño se lanzó en plancha para enganchar un bonito testarazo en el segundo tanto.
Con el triunfo en el bolsillo, España se relajó y acabó pidiendo la hora. Intentó hacer disfrutar con un taconazo tras caño de Koke, slalom de Iniesta, y se olvidó del repliegue defensivo. Kisliak chutó por primera vez a Valdés a falta de siete minutos del final y Kornilenko encontró una autopista para presentarse solo ante el portero español y superarle con facilidad con un disparo cruzado en el último suspiro. Albacete será el escenario donde La Roja ponga la última pica para buscar el más difícil todavía: defender el título mundial en Brasil.
Ficha técnica:
España: Víctor Valdés; Arbeloa, Piqué, Sergio Ramos, Monreal (Iniesta, m.46); Busquets, Xavi, Cesc (Koke, m.83); Silva, Pedro y Michu (Negredo, m.57).
Bielorrusia: Gutor; Balanovich, Martynovich (Kisliak, m.80), Filipenka, Verkhautsou, Bardachou; Kalachev, Tigorev, Dragun, Putsila (Kornilenko, m.76); y Radzionau (Krivets, m.55).
Goles: 1-0, m.61: Xavi. 2-0, m.78: Negredo. 2-1, m.89: Kornilenko.
Árbitro: Sebastian Nijhuis (HOL). Amonestó a Piqué (33) por España; y a Martynovich (11), Bardachou (54), Kalachev (66) y Verkhautsou (92) por Bielorrusia.
Incidencias: penúltimo encuentro de clasificación al Mundial 2014, disputado en el estadio Son Moix ante 23.200 espectadores.