Decía don Santiago Bernabéu que la camiseta del Real Madrid se puede manchar de sudor, se puede manchar de sangre, pero jamás de puede manchar de vergüenza. Lo acontecido hace unos días con el ya tristemente conocido 'caso De Gea' ha incumplido aquel dicho de quien mejor ha definido y representado el llamado madridismo.
El caso, que no merece mayor análisis del que ya se ha hecho, es uno más de una cadena de desafortunadas gestiones que nuestro Presidente viene realizando desde que ocupa su silla en el palco presidencial. Don Florentino tiene a gala saber abrir magníficamente bien la puerta de atrás del Club a muchos de aquellos que si sudaron la camiseta y la mancharon con su sangre. Gente de la casa a la que mostró la salida por la puerta de servicio en lugar de indicarles por donde tendrían que haber salido, en hombros y por la puerta grande. Gente como Pirri, Del Bosque, Raúl, Hierro....jugadores que dieron su vida deportiva a la casa blanca, y cuyo agradecimiento por parte del Presidente no fue un homenaje, o una placa, o un simple gracias....fue un adiós frío, triste, injusto. Pero la secuencia continuaba este verano, con la salida vía despido de un nuevo entrenador defenestrado por un Presidente tornado en director deportivo, que indicaba también la puerta de atrás a Ancelotti sólo un año después de haber ganado la Champions. Un entrenador que más allá de gustos estratégicos deportivos, había encajado a la perfección en el corte de caballero madridista, habiendo conseguido devolver la calma a un vestuario y sala de prensa excesivamente tensionados tras el paso del huracán Mourinho.
Don Florentino tiene a gala abrir magníficamente bien la puerta de atrás del Club a muchos que sudaron la camiseta y la mancharon con su sangre como Pirri, Del Bosque, Raúl, Hierro, Casillas...
Pero al calor insoportable del mes de julio le iba a acompañar una secuencia más: esta vez le tocaba a Iker Casillas, nuestro capitán. Iker ha dado su vida deportiva al Madrid con muchas tardes de gloria y no pocos títulos levantados por esas manos que tantos balones ha impedido cruzar la línea de gol de nuestra portería. El 'caso Iker' ha sido un ejemplo de mala gestión por todas las partes. La de él mismo incluida, como el propio Iker reconocía el día de de su despedida. Pero eso no justifica que mereiese una despedida con honores, con agradecimiento, y desde luego por la puerta grande del Bernabeu. Por el contrario quedará para siempre en nuestras retinas sus lágrimas de despedida bajo la soledad de la ya famosa y triste rueda de prensa. Y de todo esto podemos y debemos sacar algunas conclusiones.
La primera es que el Real Madrid es probablemente el único de entre los grandes Clubs de Europa que no tiene un director deportivo per sé, puesto que ese papel lo juega su Presidente. Un Presidente que no tiene paciencia, que no deja que los proyectos y ciclos se cumplan y maduren, y que es solo de filosofía corto placista, fichando a golpe de capricho y triturando entrenadores a su antojo. Los datos están ahí, pues bajo el mandato de Florentino Pérez apenas ha conseguido tres ligas de un total de 12, dos Copas del Rey de un total de 12, y dos Champions de un total de 12, todo después de haber rebasado con creces los 1.000 millones de euros de gastos en fichajes. Sobra recordar los que ha conseguido en esta década nuestro gran rival que, todo hay que decirlo, acertó en un modelo de cantera y estrellas sostenido y económico que le ha dado importantes réditos. Parece que la historia se ha tornado, con un Florentino que recuerda mucho al Barça de Núñez que, si bien al igual que FP ambos supieron arreglar las cuentas económicas de sus respectivos clubes, en la parte deportiva ejercían de directores gastando cantidades millonarias sin obtener apenas títulos.
Bajo el mandato de Florentino apenas se han conseguido en doce temporadas tres ligas, dos Copas y dos Champions, rebasando los 1.000 millones de euros en fichajes
Florentino, lejos de dejar la parcela deportiva en profesionales que de verdad entiendan sobre fútbol, hace de su capa un sallo, y desprecia el consejo de aquellos que más saben de fútbol y mejor conocen nuestra casa. El Madrid tiene historia, dinero, cantera, y talento como para esbozar proyectos deportivos a medio y largo plazo CAMPEONES. No es tan dificil: sólo hay que rodearse de las personas adecuadas y dejarles hacer, y desde luego no parece la mejor solución que agentes como Jorge Mendes (magníficos por otra parte en el ejercicio de su profesión) ejerzan de facto de directores deportivos de la casa.
La segunda consecuencia es la imagen que proyectamos. El caso Casillas y ahora De Gea ha recorrido todas las páginas deportivas del mundo. Prepotencia, falta de tacto, de profesionalidad y de seriedad, cuando lo que viene a mi memoria es de nuevo la frase de Don Santiago cuando solía repetir que nunca debemos olvidar de dónde venimos, haciendo referencia a la sencillez y humildad de la que tanto hacia gala. Hoy, en el Real Madrid de Don Florentino y su Vicepresidente Fernández Tapias, parece que solo el ser millonario cuenta. Piensan que si el presidente del Real Madrid no es millonario se corre el riesgo de la picaresca y el ultraje del sillón blanco. Debe ser que piensan que si uno no es millonario no puede ser profesional, honrado y honesto como para tener la categoría personal y profesional suficiente que conlleve solo pensar en lo mejor para el Real Madrid y sus socios. Cuando yo creo que en la España de hoy y de los últimos años se ha dado todo lo contrario, pues a más dinero y más poder, más corrupción y golferia. Debe ser por eso que se ha perpetuado en la Presidencia, controlando la Asamblea para modificar unos Estatutos a su medida, y poniendo el requisito a los candidatos de tener que presentar un aval de prácticamente 100 millones de euros, aval que la Ley del Deporte exige al Presidente electo, pero no a los candidatos, aspecto que regula cada club en base a sus estatutos y que explica la razón por la que en el Barça ha habido hasta seis candidatos mientras que en el Madrid dicha exigencia ha impedido que tan siquiera haya habidp elecciones, pues simplemente había un solo candidato: el señor Pérez.
El voto en el Madrid está secuestrado, hay falta de transparencia y la democracia brilla por su ausencia. No me rendiré y seguiré perseverando en reclamar unas elecciones libres, que alienten el debate, y que den la opción a los socios de elegir aquel candidato que represente el mejor proyecto. Eso sí sería un Club en verdad de sus socios. Confío en que el socio despierte de su letargo, y alce su voz por tener un Real Madrid con las bases de sus valores de siempre proyectado hacia el futuro, que reclama la sociedad española en general y los socios del Madrid en particular: mayor humildad, esfuerzo, transparencia, libertad y regeneración.
La última consecuencia suma de todo lo anterior es una lenta y agónica pérdida de identidad, aquella que labraron tantos y tantos Madridistas, aquella que hemos heredado desde pequeños transmitida de generación en generación, y donde en el pasado no existía la moda de los tatuajes porque nuestros jugadores ya llevaban nuestro escudo tatuado en el corazón.
El voto en el Madrid está secuestrado, hay falta de transparencia y la democracia brilla por su ausencia
Termino con un nombre que escribiendo estas líneas me viene a la memoria. Se llama Paco Gento. ¿Se acuerdan? Mi padre me contaba de pequeño que nunca vio a nadie correr igual. Creo que fue el francés Kopa quien le ponía los pases largos para aprovechar su enorme velocidad y talento. Gento ganó seis copas de Europa. Seis. Siendo hasta la fecha el único jugador del mundo en haberlo conseguido. Tras 18 temporadas en el Club de su vida se retiró con 38 años. Nunca dio un problema. Nunca una mala palabra. Humilde como nadie. Y yo me pregunto, ¿no merece Gento tomar el relevo de Don Alfredo como Presidente de Honor? ¿Es que acaso hay que esperar a que la gente pase a la otra vida para tener el reconocimiento en vida que tanto se merecen?
En esto, y en todo lo anterior, tiene la penúltima palabra el Presidente, puesto que la ultima la tienen los socios del Real Madrid C.F. ¡HALA MADRID!
Eugenio Martínez Bravo
Presidente Plataforma Blanca