La Eurocopa de fútbol arranca este viernes en uno de los peores escenarios posibles -Francia- y en uno de las más peliagudos periodos del conflicto político internacional y global. El terrorismo yihadista amenaza seriamente desde hace meses al país galo, y sus autoridades reconocen su impotencia para garantizar la seguridad plena. Prácticamente a diario llegan noticias que alimentan el miedo.
Los bares de Francia están considerados "objetivos fáciles" para potenciales ataques terroristas
El último ejemplo, este jueves, cuando se conoció que el Gobierno francés ha prohibido a los bares que instalen pantallas exteriores para seguir los partidos por motivos de seguridad. A cambio, insta a la ciudadanía a acudir a las 'fan zones' (recintos acotados para aficionados), donde se desplegará un amplio dispositivo de vigilancia.
El ministro de Deportes, Thierry Braillard, explicó que "la retransmisión de un partido en una terraza supone obligatoriamente una reunión en torno a una pantalla". Los bares, añadió, están considerados "objetivos fáciles" para potenciales ataques terroristas. Tal cual.
En este sentido, ha admitido que las fuerzas de seguridad "no tienen los medios" para controlar todos los puntos de una misma ciudad y ha llamado a acudir a lugares "específicos" donde sí que se ha previsto un amplio dispositivo policial.
Unos 90.000 policías, militares y guardias privados se desplegarán en toda Francia durante la Eurocopa. Los estadios galos albergarán 51 partidos que reunirán a 2,5 millones de espectadores y también se instalarán 'fan zones' -la de París, por ejemplo, tendrá capacidad para 100.000 personas-.
Evidentemente, una masacre en directo durante la celebración de un partido sería un brutal y sangriento éxito publicitario de los asesinos. Pero atentar en los estadios y sedes oficiales no será fácil. Porque ahí es donde se centran los esfuerzos de vigilancia. El problema radica en proteger todos los demás espacios susceptibles de cierta aglomeración humana.
La consigna más o menos oficial en las 24 sedes de las selecciones participantes es vender tranquilidad, pero algunos futbolistas han desvelado que acudirán a la Eurocopa a defender a su selección dejando a la familia en casa. En su país, lo más lejos posible de Francia.
Este viernes, cuando ruede el balón inaugural (Francia-Rumanía) en Saint Denis, el fútbol será lo importante. Pero muchos tendrán en la cabeza que hace menos de un año, en noviembre, las explosiones asesinas provenientes de los atentados de París retumbaron en esas mismas gradas durante el partido amistoso Francia-Alemania.
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Los asistentes abandonaron las instalaciones de forma ordenada y, en una escena histórica, entonando La Marsellesa. Entonces cantaron con miedo y ahora, apenas siete meses después, ciudadanos franceses y visitantes de todo el continente vivirán una Eurocopa amenazada como nunca por el terror.