Joan Navarro, presidente de la Federación Catalana de Tenis, quiere ser el primer representante deportivo en subirse a la ola independentista que algunos partidos políticos impulsan desde hace meses en Cataluña. Así, este jueves, apenas un día después de la declaración soberanista aprobada en el Parlamento autonómico con los votos de CiU, ERC e IC, Navarro se desmonteró.
En una reunión con varios periodistas catalanes, Navarro dejó bien clara su postura: “Si la Federación Española de Tenis se va de Barcelona, mejor para el tenis catalán y para el deporte catalán. Que la Federación Española esté en Barcelona no nos favorece en nada”. Y reforzó su excluyente mensaje asegurando que “las instituciones de Cataluña apoyarían esta decisión”.
En el sorprendente discurso del presidente de la Federación Catalana subyacen razones de índole deportiva, política y, sobre todo, económica. Todas ellas interrelacionadas. Así, Navarro aún está dolido porque el candidato catalán a las recientes elecciones de la Española, John Rigau -ejecutivo de Pepsi España-, ni siquiera pudo reunir los avales para presentarse. Al final no hubo lista alternativa a la del que ya era presidente, José Luis Escañuela, y este fue reelegido el pasado sábado 19 de enero sin un solo voto en contra.
Los argumentos político y económico van de la mano y tienen un nexo de unión: Iván Tibau, secretario general de Deportes de la Generalitat catalana. Tibau intervino decisivamente a finales de noviembre para que la Federación Catalana pudiera refinanciar su deuda, cifrada en 6 millones de euros, y era uno de los más interesados en que Rigau concurriera a las elecciones de la Española y las ganara.
Tibau no le hacía entonces ascos a tener un hombre ‘suyo’ al frente de la Federación Española pese a que meses antes, durante la campaña electoral de los comicios autonómicos, defendía con ardor los llamados Juegos de Naciones sin Estado, las selecciones deportivas catalanas y cualquier atisbo soberanista.
Ahora, una vez evaporada la posibilidad de mandar en el tenis español, Tibau, a través de otro de sus peones, Joan Navarro, quiere expulsar del territorio catalán a la única Federación de un deporte olímpico con sede en Barcelona. Y, curiosamente, lo proponen cuando Madrid aspira a organizar los Juegos Olímpicos de 2020.
Este ataque del presidente catalán coincide con la celebración este viernes en Madrid de la primera junta directiva del nuevo mandato de Escañuela en la cual varios directivos abogan también por un cambio. "Existe una corriente dentro de la Junta Directiva que quiere el traslado de la sede de Barcelona a Madrid. No sé cuál será la opinión del presidente y qué decidirá, pero es un movimiento que ha crecido en los corrillos en los últimos meses", aseguró a Europa Press, Fernando Fernández-Ladreda, vicepresidente económico de la Española y presidente del Real Club de Tenis Oviedo.