Todavía no ha comenzado la temporada y a Fernando Alonso se le acumulan las malas noticias. Unas, evidentemente, peores que otras, pero ninguna positiva hasta ahora.
La preocupación máxima del piloto español no es otra que las pobres prestaciones de su McLaren MCL32, pero este miércoles ha estallado la guerra entre Liberty Media, empresa dueña de la F1, y el GP que se celebrá en Bakú, capital de Azerbaiyán.
Esta carrera se estrenó en el calendario del Mundial el año pasado con la denominación de GP de Europa, y el embajador oficial elegido por la organización fue Fernando Alonso.
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Greg Maffei, CEO de Liberty Media, no se anduvo por las ramas cuando, en una reciente conferencia pública puso en cuestión la política de Bernie Ecclestone, anterior dueño de la F1, a la hora de extender el Mundial por algunos países del mundo.
Maffei analizaba el capítulo de ingresos, y dejó claro que su apuesta es, evidentemente, ganar dinero, pero no a cualquier precio. "Nos encontramos con carreras en lugares como Bakú, Azerbaiyán, donde nos pagan un canon considerable, pero que no contribuye en nada para hacer crecer la marca a largo plazo ni la proyección del negocio. Nuestro trabajo es encontrar socios que nos pagan bien, pero que también nos ayuden a poyenciar el producto".
En un deporte tan global como la F1, esta sorprendente y fuerte declaración ha dado la vuelta al mundo. Y, claro, ha llegado a Bakú. Y la reacción ha sido también contundente.
"Esto nos molesta, obviamente", reconoció Arif Rahimov, promotor del GP de Azerbaiyán. "El señor Maffei lleva en la F1 menos de seis meses, cuando nosotros hemos estado trabajando en este proyecto tres años. Por lo tanto tenemos más experiencia que ellos".
"Para decir algo como eso hay que ser un ignorante, pero ya veremos", remató Rahimov.