Fernando Alonso no es aquel joven huraño de sus primeros años en la élite del automovilismo mundial. Ni mucho menos. Ha aprendido a convivir con la fama y es uno de los pilotos más amables y populares del paddock. De ahí su ilusión -compartida en Instagram- al recibir este domingo en Montreal a dos compatriotas que triunfan en Hollywood, Javier Bardem y Penélope Cruz.
Pero una cosa es la simpatía, y otra la extrema profesionalidad de la que sigue haciendo gala el asturiano. Y, apagados los focos de la visita cinematográfica, la cruda realidad vivida una vez más sobre la pista disgustó seriamente a Fernando.
Cuando cruzó la meta undécimo -sin puntuar-, a su ingeniero no se le ocurrió otra cosa que decirle por radio: "Buen trabajo". Es cierto que el ovetense exprimió el coche lo que pudo, pero al oír la felicitación le respondío con ácida ironía. "Resultado soñado", dijo. Demoledor.
Decir que el coche no acaba de dar el salto esperado es una reiteración cansina. La miserable evolución del motor llevada por Honda a Montreal no aporta ni rapidez -fue el más lento de la parrilla en Canadá- ni fiabilidad -Button se retiró con el coche en llamas-.
Y el error de McLaren en la nefasta parada de Fernando retrata también a un equipo que, según confesión propia, ya está trabajando más en el bólido de 2017 que en el actual.
"Ha sido una carrera difícil porque no teníamos el ritmo. Teníamos una configuración que habría sido mucho más atractiva si hubiese llovido, algo que esperábamos que sucediese", dijo el asturiano.
"Tuvimos un problema en un 'pit stop' porque no funcionaron las luces y perdí varias posiciones. Luego, cuando me vi el 14, me dije 'ya verás como no va a haber un 'safety car' o una bandera amarilla ni va a haber nada, como siempre que estás detrás'. Y efectivamente no pasó nada y fue la carrera más aburrida del mundo", agregó.
Fernando Alonso afirmó que "lo peor" ha sido "el ritmo" y que tenía "poca velocidad en la recta". "Luego todos los que iban alrededor de nosotros hicieron dos paradas e iban bastante más rápidos que nosotros. Nosotros elegimos ir a una parada y tuvimos que dar cincuenta y pico vueltas con el mismo juego de neumáticos. Era nuestra mejor estrategia para tratar de arañar un punto y estuvimos a punto de lograrlo por el incidente de Rosberg en la última vuelta en la chicane. Esta vez no fue y tenemos que mejorar", agregó.
"He tenido fines de semana mejores. Seguramente la vuelta de la Q2 del sábado fue buena, hoy también fue buena la salida y llegué a ponerme octavo en la primera vuelta. pero a partir de ahí, cuando estás el 14 o el 15, esperas que pase algo, que llueva o salga un 'safety car' y se mezclen las cosas, pero cuando no pasa nada y estás en tierra de nadie... Sabíamos que éste iba a ser circuito complicado", señaló Alonso.
Lo que viene no mejora mucho el panorama. De cara a la próxima carrera en el Gran Premio de Europa que se disputa en el nuevo circuito de Bakú, el asturiano afirmó que lo tendrá "difícil" ya que es "muy rápido", pero que sus rivales también sufrirán. "Este es un circuito difícil pero el de la semana que viene más, ya que es muy rápido", subrayó.
Vamos, que casi mejor irse al cine.