Que Ferrari lo fía casi todo a la suerte no es novedad. Lo noticioso es que, aunque pretende taparlo, de vez en cuando se les escapan mensajes que bordean el patetismo.
Sin ir más lejos, tras el enésimo sábado de frustración, el comunicado oficial de la Scuderia tiene un título para nota: “Preparados para lo que venga”.
Traducido, que sólo les queda rezar o, desprovistos de fe, mirar al cielo y esperar si llueve o luce el sol. Con Fernando Alonso séptimo en la parrilla y Kimi Raikkonen duodécimo, no les queda otra.
“El resultado de la clasificación está lejos de ser satisfactorio, si bien es más o menos lo que nos esperábamos dado el nivel de rendimiento actual de nuestro coche", dice sin sonrojarse Pat Fry, director técnico del equipo italiano.
"La carrera se anuncia difícil y las condiciones meteorológicas, con un pronóstico incierto para mañana, podrían ser un factor clave", añade.
Fernando Alonso, resignado, emite mensajes en la misma línea: "Hay previsión de tormenta y aunque caigan sólo unas gotas la carrera puede cambiar radicalmente, así que tendremos que estar muy atentos. Hay que tener un ojo en las nubes". Sí, porque en el coche ya está todo visto.
De hecho, el asturiano descarta que la ausencia del sistema FRIC haya sido el causante del mal resultado de los Ferrari: "No creo que tenga mucha importancia en nuestro mal rendimiento. Creo que es más por las características del circuito y por la temperatura".
Y con este panorama, Alonso y Raikkonen tienen que hacer de tripas corazón y, como se aprecia en la foto, poner cara de póker mientras posan con aficionados que visitaron el box de Ferrari en el circuito de Hockenheim.