Al igual que las frecuentes chazupas en el box de los circuitos, Ferrari ha podido cometer un error estratégico letal para su futuro. Intencionadamente o no, la Scuderia ha filtrado a varios medios italianos que Fernando Alonso pide una barbaridad de dinero a cambio de renovar su contrato.
Concretamente, y según la revista Autosprint, 105 millones de euros -a razón de 35 cada año- para prolongar hasta diciembre de 2019 el acuerdo actual que expira en 2016.
El Mundial de Fórmula 1 está de vacaciones, pero a buen seguro que durante las numerosas ruedas de prensa del GP de Bélgica (22 a 24 de agosto), Alonso deberá responder, o no, a varias preguntas sobre esas supuestas exageradas pretensiones económicas. Y eso no le va a gustar un pelo.
Salvo que, cosa improbable, el revuelo mediático provocado con la filtración esté consensuado entre Ferrari y su piloto, el asunto podría convertirse en otra razón para que el asturiano decidiera un cambio de aires.
Harto de competir con un coche inferior, a Alonso no le faltan ni le faltarán ofertas muy atractivas desde el punto de vista deportivo.
La más conocida, la del futuro dúo (desde 2015) McLaren-Honda. Los japoneses creen que el español es el hombre ideal para liderar su proyecto.
Desde Ferrari trabajan para atar a su piloto estrella. Según La Gazeetta dello Sport, el nuevo director deportivo de la escudería italiana, Marco Mattiacci, lleva directamente las negociaciones con Alonso y le vende que la próxima campaña sí contarán con un monoplaza competitivo, pero Fernando no se fía.
Son múltiples las veces que los dirigentes del 'cavallino rampante' le han prometido lo mismo y ese monoplaza no llega. Quizás para compensar esa frustración el ovetense ha pedido la luna en forma de sueldo contando con que sus interlocutores respetaría la confidencialidad.
Parece que no la han respetado y ahora, abierta la veda, el asunto podría tomar otro cariz bien distinto.