Alguien en Ferrari debería tener el valor y la gallardía de explicar con nombres y apellidos la razón o razones de la incuestionable enorme mejoría de su coche en el Mundial de Fórmula 1. Los bólidos rojos ya asustan a los que parecía intocables Mercedes, y sorprende la repetida cantinela del "buen ambiente en el equipo" para justificar esa resurrección.
Si Vettel ganó en Malasia, Kimi Raikkonen fue segundo este fin de semana en Baréin. Y desde la propia Mercedes reconocen que si la carrera dura una o dos vueltas más, el finlandés, que iba lanzado, le hubiera arrebatado el triunfo a Lewis Hamilton.
Kimi manifestó que el progreso de Ferrari "se debe en gran parte al motor. Hay una gran mejora en el aumento de caballos pero no se debe sólo a eso. El coche ha mejorado mucho: tiene más carga aerodinámica, es más manejable y ha evolucionado en todo el ensamblaje del paquete".
Sin embargo, tras los que suenan como argumentos técnico y objetivos, llega el habitual recado subjetivo: "La gran clave es que todas las áreas han mejorado, la gente trabaja de forma más cercana y comprometida, como equipo, y el resultado es lo que tenemos ahora. No mucha gente pensaba después del año pasado que podíamos estar en esta posición tan pronto y ahora vamos en la dirección adecuada, queremos comenzar a ganar carreras de forma más habitual, sólo tenemos que tener paciencia".
El frío piloto nórdico insistió en la misma línea: "Estoy muy contento con cómo está trabajando el equipo y obviamente tras el año pasado, la posición en la que estamos ahora es un gran paso y todos estamos trabajando muy bien juntos. El ambiente es bueno ahora y tenemos una buena dirección en la que empujar. Creo que como equipo vamos a llegar y vamos a poder luchar todo el tiempo por victorias, pero nos llevará algo más de tiempo".
Que un tipo individualista y solitario como Kimi reitere conceptos como "equipo", "compromiso", "buen ambiente" y demás no puede ser casualidad. Y exige una explicación detallada porque hay personas a las que esas alusiones constantes que salen de Ferrari señalan para mal.
¿Quién o quiénes emponzoñaban el buen ambiente que ahora vende todos los días la Scuderia? ¿Marco Matiacci, el anterior director deportivo? ¿Pat Fray, exdirector técnico y máximo responsable en el desarrollo de los coches? ¿O el máximo culpable era Fernando Alonso?
El piloto español ha sido señalado como tal por unos cuantos periodistas y comentaristas, además de por el excampeón Niki Lauda. Convendría saber si Raikkonen y algunos de los que han sido testigos directos de la evolución de Ferrari opinan lo mismo.
Y no estaría mal conocer también hasta cuándo el equipo italiano seguirá voceando que ahora, bajo la batuta del exaltado tifosi Mauricio Arrivabene, todo es "guay" donde antes era un "infierno".