Antes de que algún directivo, gurú o periodista de cámara de Ferrari empiece a vender esperanza, Kimi Raikkonen, frío y cristalino como el agua, ha hablado. Y lo que ha dicho en Autosport no invita al optimismo. Al menos, de inmediato.
"Sabemos más o menos lo que queremos hacer, pero las cosas no suceden de la noche a la mañana. Se necesita tiempo para fabricar algunas piezas o para buscar la manera correcta de hacer las cosas", avisa el finlandés.
"Y tampoco podemos prometer que se vayan a solucionar los problemas una vez que tengamos lo que queremos", añade, demoledor, Kimi.
El compañero de Fernando Alonso lo ve negro, pero no perdido: "He estado en estas situaciones antes y, a veces, se tarda un tiempo. Por desgracia, no es la posición más fácil en este momento, pero con todas las dificultades habidas conseguimos salir más o menos bien librados. No es lo que queremos, pero podría haber sido aún peor. Por eso estoy seguro de que a partir de ahora sólo podemos mejorar".