No había pasado 48 horas desde que Fernando Alonso saliera por la puerta de Ferrari, cuando los primeros tests de pretemporada proprocionaron una nueva alegría al sector antialonsista de la prensa y la afición española.
Es innegable que algunos periodistas y aficionados -bastantes más- no tragan al piloto asturiano. Y, como ocurre tantas veces en el maniqueo mundo del deporte, disfrutan con sus desgracias. Por eso llevan encadenan siete años de satisfacciones y por eso celebraron este martes los problemas de McLaren Honda en Abu Dabi.
Eric Boullier (director de McLaren): "Los motores Honda tienen un potencial enorme"
Poco les importa que Alonso ni siquiera sea oficialmente piloto de la escudería británica. Nada quieren saber del carácter prematuro de unas pruebas precisamente pensadas para detectar problemas y corregirlos con tiempo. Y, sobre todo, no les interesa valorar el enorme y complejo reto al que se enfrentan el constructor inglés y el motorista nipón.
Si ya es difícil construir un nuevo bólido cada año en una sola fábrica, ensamblar el chasis de McLaren y el motor de Honda necesita tiempo. Y más con la complejidad del sistema eléctrico impuesto por las normas de la FIA que rigen el Mundial de Fórmula 1 desde el año pasado.
Vandoorne (piloto probador): "El motor Honda suena diferente a los demás, desde el coche se oye bastante bonito, ¡ojalá tenga mucha potencia!"
Lógicamente, ninguno de los protagonistas va a reconocer abierta y públicamente problemas, y menos a estas tempranas alturas, pero McLaren no ha ocultado nada de lo sucedido. Al contrario, publica en su web un resumen de la jornada ajustado a la realidad y, a la vez, comentando con naturalidad lo sucedido.
Es igual. En las redes sociales los antiAlonso han aprovechado que el McLaren apenas pudo dar tres vueltas para empezar a relamerse. Quizás sea un poco precipitado, pero los sentimientos son incontrolables.
Enfado en Red Bull
Menos alegría hay en Red Bull. A los dirigentes del equipo austriaco no les sentó ni medio bien la visita de Vettel al garaje de Ferrari. Es más, algunos medios de comunicación alemanes publicaron que Sebastian no podía haberlo hecho por contrato hasta este jueves.
Pero el tetracampeón del mundo no pudo aguantarse y acudió a conocer su nueva casa. Eso sí, lo hizo vestido de calle -y de blanco- para evitar que, además del enfado, Red Bull le imponga alguna posible sanción económica por lucir unos colores que todavía no son los suyos.