La historia, como muchas en la Fórmula 1, es rocambolesca. Por tanto, aunque suene increíble, conviene no despreciarla. La noticia la publica la revista italiana Autosprint, y apunta a una posible alianza entre Red Bull y Honda que beneficiaría a ambos y, de rebote, a McLaren.
Lo que la revista especializada italiana señala es que la escudería austríaca, que tras romper con Renault busca desesperadamente motores para que sus coches puedan correr en 2016, podría llegar a un acuerdo con Honda para el año que viene.
A cambio de suministrarle motores, el fabricante japonés obtendría ayuda de Red Bull para solventar el principal problema que lastra su desarrollo durante todo el año: el sistema eléctrico de su mecánica híbrida.
Y es que el V6 nipón, a pesar de sus pobres resultados en manos de Fernando Alonso y Jenson Button, está al nivel de los mejores en el apartado térmico. Le falla el factor eléctrico, lo mismo que le sucedía a Ferrari el año pasado. Es decir, la recuperación y potencia extra que debe producir la parte eléctrica no acaban de llegar, o lo hacen durante muy poco tiempo en cada vuelta. Como resultado de ello, la brecha entre McLaren y Mercedes o Ferrari ronda, incluo supera, los 100 CV. Una barbaridad.
Autosprint asegura que esta historia comenzó el verano pasado, cuando Audi había tomado la decisión casi definitiva de entrar en la Fórmula 1 en el año 2018 motorizando a Red Bull, e incluso con escudería propia. Para ello fue clave la dimisión de Ferdinand Piech como presidente de Volkswagen. Piech siempre había sido hostil a la F1 debido a viejas rencillas con Bernie Ecclestone.
Ausente Piech, una reunión secreta entre el CEO de Audi, Rupert Stadler, y Ecclestone habría sellado el acuerdo. Ecclestone necesitaba un cuarto gran fabricante y había dicho que sí a todas las peticiones de Audi, incluida el aplazamiento de su entrada en la F1 hasta 2018 con el argumento de preparar un buen motor y no arriesgarse a sufrir las enormes dificultades que agobian este año a Honda.
El problema es que Red Bull se hartó de Renault, rompió con los franceses y se encontró desnudo. Porque mientras esperaba la llegada de Audi, no tenía motor para los Mundiales 2016 y 2017.
Entonces Red Bull intentó una jugada sibilina: sin revelar sus verdaderas intenciones con Audi, llegó a un acuerdo con Mercedes para esos dos años de cadencia que se le venían encima. Pero en la F1 todo se acaba sabiendo, así que cuando Toto Wolff y Niki Lauda, directores de la marca de la estrella, descubrieron que Mercedes sería solamente un relleno temporal para Red Bull, rompieron la baraja.
Las desgracias nunca vienen solas, y Audi acaba de anunciar hace apenas unos días su renuncia a formar parte de la parrilla. “No veo opción alguna de entrar en Fórmula 1 actualmente. No tenemos esa idea y no sé de dónde viene. Audi no tiene ninguna intención”, aseguró rotundo Wolfgang Ullrich, director de Audi Motorsportdr. "Tiene que haber más competición pura y menos política”, argumentó.
Red Bull intentó negociar con Ferrari, e incluso hay rumores de que pretende recomponer su relación con Renault. Pero ahora la escudería austriaca está en desventaja, así que se aferró a una opción a la desesperada: Honda. ¿Quién puede querer un motor que ha defraudado carrera tras carrera?
Red Bull ofrece sus amplios conocimientos en tecnología de baterías e híbridos, adquiridos durante todos los años que lleva trabajando con Renault para desarrollar estos aspectos. Obviamente, todo ello a cambio de que los japoneses le proporcionen motores para los próximos años. Según Autosprint, a McLaren no le hace ninguna gracia esta jugada, pero no puede objetar porque Honda es su socio y pone mucho dinero en la escudería McLaren. Las próximas semanas se sabrá si Red Bull elige lo regular conocido -Renault- o lo malo (al menos hasta ahora) por conocer -Honda-.
Por supuesto, si Honda desarrolla junto a Red Bull sus motores, los coches de McLaren que llevan motorización nipona también se beneficiarán. Y, quién sabe, quizás Fernando Alonso tuviera opciones de ser otra vez campeón del mundo.