Iker Casillas estará alejado de los terrenos de juego durante un periodo aproximado de entre seis y ocho semanas a causa de una fractura en la base del primer metacarpiano de la mano izquierda. El guardameta madridista tuvo que abandonar el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey (1-1) que jugaba su equipo ayer ante el Valencia, después de recibir en el minuto 17 de forma fortuita una patada de su compañero Álvaro Arbeloa.
Las pruebas médicas confirmaron la gravedad de la lesión, y, pese a que en un principio se pensó que Casillas sólo sufría una contusión, las pruebas posteriores revelaron que sufría una rotura que le dejará fuera de juego durante los próximos dos meses. Aunque el club no precisó en su comunicado oficial el tiempo de recuperación que necesitará el capitán del Real Madrid para volver a jugar, fuentes al guardameta blanco afirmaron que hasta marzo, aproximadamente, estará de baja. Sin embargo, fuentes médicas especialistas rebajarían el tiempo de recuperación a un mínimo de cuatro semanas.
"Las fracturas del primer metatarsiano de la mano son un poco conflictivas. Según el trance de la fractura, algunas incluso se operan y se pone un tornillito. Eso depende de cómo sea la fractura, de su alineación, de si tiene un trozo muy separado o si está desplazada o no", aseguraron dichas fuentes.
"Si lo está, es más tiempo y necesitaría una cirugía. Si es una sin desplazar, suele ser menos tiempo, no se suele hacer cirugía y se inmoviliza con yeso. Tendrán que ver cómo evoluciona. Depende de donde esté localizada la fractura. Si es estable, menos de cuatro semanas es muy, muy raro y más siendo portero", añadieron.
De este modo, ahora la duda que se le plantea al Real Madrid es si fichar un portero, al menos hasta final de temporada, aprovechando que aún queda una semana para que el mercado de invierno se cierre. De momento, será Antonio Adán, a quien Mourinho dio la titularidad en dos partidos de Liga, el encargado de suplir la ausencia de Iker.