"Cuando acabe la temporada me sentaré a hablar con quien tengo que hacerlo, con el presidente, que además es mi amigo, representante legal y emocional de los madridistas. Nos sentaremos con tranquilidad y hablaremos de mi futuro, como hablan dos amigos". Esta fue la novedosa respuesta de José Mourinho a la enésima pregunta sobre su futuro, en esta ocasión formulada al término del Galatasaray-Real Madrid y con la clasificación para la semifinal de la Champions certificada.
El técnico portugués, que repitió varias veces la palabra amigo para referirse a Florentino Pérez, habló como si terminara contrato y, por tanto, tuviera que negociar su continuidad. Sin embargo, la realidad es que la vinculación de Mourinho con el Real Madrid es hasta 2016, de ahí que, salvo que estuviera previsto marcharse, no tendría nada de que hablar. Por ello la pregunta parece obvia: ¿será que Mourinho es -o al menos eso dice- amigo de Florentino, pero Florentino no lo es de Mourinho? La foto que ambos se hicieron hace unos días en Zaragoza pareció demasiado forzada.
En el entorno más cercano de Pérez, ese que el presidente del Real Madrid maneja con maestría para filtrar todo aquello que le interesa sin dejar huella, se da por hecho que la salida de Mourinho no sólo está decidida, sino incluso firmada. A finales del año pasado, Florentino se hartó del técnico portugués y filtró que no seguiría la próxima temporada. La mala relación se ha hecho extensible a Jorge Mendes, representante del técnico y de varios jugadores, entre ellos Cristiano Ronaldo, que finaliza contrato 2015 y está dando largas a su renovación.
Son varios los nombre que Florentino tiene pensados, e incluso algunos sondeados, para sustituir a Mourinho, aunque hay uno que le gusta de manera especial por estar considerado íntimo enemigo de Mou y Mendes. Este no es otro que el técnico del Tottenham, el también portugués Andrés Vilas Boas. Descartado Rafa Benítez -interino en el Chelsea-, inmolado Klopp -centrado, según él, en el Borussia Dortmund- y autodescartado Joachim Löw -seleccionador alemán-, otras opciones son Michael Laudrup -Swansea- y Carlo Ancelotti -PSG-. Precisamente el club francés es, junto al Chelsea, el posible destino de Mourinho.
Mourinho tiene contrato hasta 2016, de ahí que por su parte no debería haber ningún problema para decir abiertamente que al término de esta temporacfa continuará. Sin embargo, no sólo no lo dice, sino que, además, como él mismo ha reconocido, alimenta la rumorología sobre su posible regreso a Stamford Bridge.
