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Una tercera derrota, ante el Basilea, dejaría tocado a Ancelotti y hundido en su asiento a Florentino

Dos derrotas en el Real Madrid son sinónimo de inestabilidad. En el club reconocen que basta con eso para que en los despachos afloren las caras largas y se busquen culpables y soluciones. Todo está en discusión cuando el equipo pierde y varios son los señalados. La visita del Basilea al Bernabéu en el estreno de la Liga de Campeones (20:45 horas, La 1) es un peligro para todos ellos, empezando por el entrenador y terminando por el presidente.

Empieza la Champions para el Real Madrid y un nuevo tropiezo podría resultar fatal. El primer problema es la confección de la plantilla. Con la salida de Pardeza ya no quedan parapetos para Florentino Pérez. El presidente del club no tiene organigrama, solo él y su mano derecha, José Ángel Sánchez, mandan en la parcela deportiva. Se supone que Ancelotti está incluido en las reuniones sobre fichajes y bajas, pero sus palabras dejan entrever que es poco más que un cero a la izquierda.

Es evidente que el medio del campo del Madrid anda escaso de fuerza y orden. Se fueron Xabi Alonso y Di María, dos jugadores que estructuraban la zona. Llegó Kroos, que aún no manda lo suficiente, entre otras cosas porque nunca lo hizo en su carrera como lo hicieron sus predecesores. Junto a él, una catarata de interiores reconvertidos (Modric, Isco, James) e Illarramendi, un jugador que cuadra con la demarcación pero en el que Ancelotti no confía en absoluto. Solo Khedira, lesionado, parece conjugar el favor del míster y las características exigidas para jugar ahí, pero aún le queda tiempo para volver.

En Concha Espina no gusta que se ponga énfasis en la estructuración del plantel, pues saben que con eso se señala directamente a la presidencia. Algunos de los principales voceros de Florentino recuerdan que Di María no tiene tres balones de oro y aseguran que al equipo no le faltan jugadores sino trabajo. Es decir, señalan al banquillo. Además, en las últimas fechas han surgido cánticos y pancartas contra Pérez. Cierto es que una parte de ellas llegan desde los ultras, un colectivo que no se debe tener en cuenta por motivos variados, pero hay miedo a que el runrún se extienda por la grada.

Ancelotti, hombre de club, no se quejará directamente sobre el plantel. “Todo lo que hemos hecho, lo hemos hecho con el club. Repito, no cambio esta plantilla por ninguna de los equipos de Europa”, asegura, aunque durante el verano pidió que no se fuese Di María y tampoco pareció conforme con perder un jugador tan importante como Xabi Alonso en la misma semana en la que cerraba el mercado.

En cualquier caso, le tocará funcionar con lo que tiene, al menos hasta diciembre. Hay en su trabajo algunos fallos evidentes que tiene que solventar rápido si no quiere perder comba. El primer error cuesta goles, es la defensa del balón parado. Lleva seis encajados y el técnico ve en el primer palo un agujero negro por el que se cuelan los balones. Es poco probable que en los tres días que han pasado desde la debacle contra el Atlético haya podido trabajarlo debidamente.

También hay otra duda que concierne al estado físico del equipo. El Madrid ha tenido rachas buenas de juego durante los partidos, pero en las segundas partes ha naufragado completamente y ha estado a remolque del rival. No ayuda mucho en esto que el equipo esté basado más en fantasistas que en obreros, pero incluso los artistas pueden dar más de sí en estas cuestiones. Tampoco parece probable que en tres días se hayan recargado plenamente las pilas.

El italiano cuenta con un factor a su favor. El pasado año ya empezó mal y terminó enderezando al equipo. Esta temporada plantea una situación similar. “Tenemos que acostumbrarnos a jugadores nuevos, buscar más naturalidad en el juego. Algunos que han llegado a finales de agosto, no ha habido mucho tiempo para entrenarnos. Se necesita tiempo”, dice antes de jugar contra el Basilea. También el tiempo es algo relativo, el Madrid necesita resultados rápidos para no caer en el desánimo y perder comba definitivamente en Liga.

Por el momento, se ajusta al plan inicial. No habrá cambios en el once, ya que el italiano detecta el problema en la “actitud” y no en los nombres. Es decir, seguirá Illarramendi fuera, seguirá Casillas dentro, a pesar de que los gritos contra su figura son cada vez más numerosos. Antes del Basilea ya no negó lo evidente, los pitos, aunque confía en que el portero pueda revertir la situación: “Casillas tiene mucha experiencia, conoce muy bien esta situación y lo arreglará sin problemas”. 

Ancelotti tiene fe en que todo se recomponga, en que el físico no falle, en que el portero consiga torcer las voluntades de los que le han tomado como diana (y, de paso, en que muestre más de seguridad en el arco), en que la Liga no esté terminada ya. En que vuelva Khedira y los interiores aprendan a ser mediocampistas de largo aliento. En que el Madrid, en resumen, vuelva a ser el Madrid y la paz, ahora perdida, acuda de nuevo al Bernabéu.

Alineaciones probables:

Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo; Bale, Kroos, Modric, James; Cristiano Ronaldo y Benzema.

Basilea: Vaclik; Callá, Schar, Samuel, Safari; Fei, Xhaka, Zuffi; Streller, Giovanni Sio y Gashi.

Árbitro: Damir Skomina (SLV).

Estadio: Santiago Bernabéu.

Hora: 20.45.

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