"Estoy muy feliz aquí. Los compañeros son de los mejores y tengo al entrenador top así que no hay por qué irse". Esta retahíla de sentencias las firmó hace sólo unos días Antoine Griezmann, el deseado. El francesito, líder del Atlético de Madrid más irregular de cuantos ha tenido Simeone, borró de un plumazo las especulaciones interesadas sobre su futuro. Un futuro que está teñido en rojiblanco como hemos contado en 'Vozpópuli' desde hace más de un año cuando el club bloqueó su salida con una super cláusula de 150 kilos.
Sin embargo, su crecimiento no es ajeno a los grandes de Europa que siguen de cerca su explosión en el Calderón al margen del persistente empeño en desestabilizar al Atleti con informaciones que pretenden alejarle de Simeone y sus amigos y compañeros en lugar de rubricar su compromiso con el proyecto más allá del año trascendental de cambio de estadio.
De nuevo el 'principito' rescató al Atleti de un problemón en el que se convirtió el partido de Granada. Mermados en ataque (sin Gameiro ni Torres) y sin el guía del equipo (Gabi), los del Cholo salvaron la final con un cabezazo de Griezmann en una jugada a balón parado en la que Koke fue, una vez más, su asistente de lujo. El gol vale oro porque permitió firmar un triunfo clave tras el pinchazo del Sevilla. El objetivo, lo dijo Koke al acabar la batalla, es lograr la tercera plaza y con esta victoria el próximo choque en el Calderón ante Sampaoli y los suyos se antoja decisivo. El propio técnico argentino explicó en la previa de la jornada que no descartaba al Atleti de esa lucha en la cabeza.
Carrasco el rebelde fue el otro hombre del partido. Ya dijimos que Simeone no tiene más remedio que seguir apostando por el belga a pesar de sus prontos y con un ojo mirando las ofertas para largarse en junio. Sacar lo mejor de Yannick y obtener su mejor compromiso es labor de él mismo así como del Cholo y sus compañeros. Fuera como fuese, el extremo jugó un partido acorde a su calidad, que tiene para regalar. Acumuló las mejores ocasiones ante el Granada y sólo Ochoa fue su obstáculo con el gol. Su participación fue de peso y en esa linea le quieren todos los atléticos.
La entrada de Correa tras el descanso metió un punto más de empeño al Atleti. El cambio posterior de Giménez no lo entendió mucha gente porque parecía un ataque de Simeone por amarrar cuando más había que atacar. Pero el equipo siguió intercambiando golpes contra un valiente Granada hasta los minutos del desenlace donde se produjo la jugada definitiva. Antoine aprovechó la jugada a balón parado para cerrar el encuentro, sumar tres puntos y fortalecer al grupo ante lo que viene: el casi trámite Champions ante el Bayer Leverkusen y la final con el Sevilla. Ahí es nada...