Carlos Alcaraz sigue bordando con letras de oro su historia personal en el mundo del tenis. En el mismo escenario y ante el mismo rival del año pasado, Novak Djokovic, el murciano ha vuelto a ganar sobre la hierba de Wimbledon para convertirse, ya sin duda alguna, en el mejor tenista del planeta en la actualidad.

Habría que repasar muy a fondo la hemeroteca para encontrar un mejor partido en la carrera de Alcaraz, con un 'Carlitos' que salió a la pista con la lección aprendida de la final de 2023, en la que salió muy frío y fue arrollado por el huracán Djokovic. En esta ocasión, el vendaval sopló hacia el lado contrario de la pista, ya que el español pasó por encima del legendario tenista serbio desde la primera bola del partido.

Ya en el primer juego, Alcaraz, con un juego muy agresivo consiguió un valioso break. Con Djokovic en desventaja, el murciano no perdió el colmillo y puso tierra de por medio gracias a un servicio muy sólido que no bajó de nivel en todo el partido. El tercero de la tarde se lo llevó el serbio, pero fue el único juego que cedió Alcaraz hasta el 5-2.

Alcaraz cedió, pero volvió a pisar el acelerador con su saque para cerrar el set por la vía rápida. Se esperaba una gran reacción de Djokovic, experto en gestionar situaciones límite, El serbio, que tuvo una tarde terrible, estuvo fallón en el saque, tuvo más errores no forzados de la cuenta y tuvo que recurrir en exceso al segundo servicio en el primer set. Una tónica que se repitió en la segunda manga.

Alcaraz repitió el guión del primer set: un saque muy fiable, un juego de fondo muy consistente y golpes a la red para sorprender de cuando en cuando a Djokovic. Si a eso le unimos que el serbio no mejoró su nivel, la historia volvió a repetirse: primer juego y primer break a favor del español.

Con su saque, Alcaraz volvió a imponer su ritmo, aunque en esta segunda manga se vio a un Djokovic algo más efectivo. Un auténtico espejismo, ya que el serbio solo aguantó el ritmo hasta el 3-2: a partir de ese momento, el monólogo de Alcaraz fue absoluto, poniendo a Djokovic en una situación muy complicada, ya que tenía que dar la vuelta a dos sets.

El tercero comenzó con un Djokovic agresivo, con ganas de subir a la red y con la clara intención de imponer su ritmo de juego. Una tarea difícil, ya que Alcaraz fue capaz de contrarrestar el intermitente tenis del serbio en el resto y mantener su solidez en el saque. Pese a ello, el tercer set permitió a Djokovic ver algo de luz: por primera vez consiguió ponerse por delante.

De nuevo, todo fue un espejismo: a Djokovic le costaba un mundo llevarse su saque -en el 1-2 Alcaraz tuvo más de cinco bolas de break-, mientras el español dejaba en blanco al serbio para llevarse el 2-2. Una dinámica que cambió en el 2-3, cuando 'Nole' regaló un rosco al murciano.

La sensación de igualdad aumentó gracias a un Djokovic más letal con su derecha. Esto le permitió poner en apuros a un Alcaraz que rebajó dos peldaños su precisión en el servicio. Un momento que demuestra la grandeza del tenista español, ya que Nole necesitó sacar su mejor tenis para mantener el ritmo.

Con esas, ambos tenistas llegaron al 4-4 con el servicio a favor de Djokovic. Y ahí, el tenista murciano no falló: con varios 'passing' y una derecha descomunal, ganó el juego clave para encarar la final. Con esa inercia y con su saque, Alcaraz se plantó con 40-0 y tres bolas de partido. Fue el momento en el que le temblaron las piernas, cediendo dos juegos (5-6).

Fue el momento en el que 'Carlitos' recuperó la confianza para forzar un tie break en el que no hubo opción alguna para el serbio. De nuevo, se juntaron los mismos ingredientes para consolidar el triunfo español: un saque contundente y una derecha descomunal que ya son historia de Wimbledon.

"Ha sido un partido muy completo"

El tenista recibió el trofeo de las manos de Kate Middleton y aseguró después que había jugado un partido "muy completo". "Es un sueño para mí ganar este trofeo. Estoy repitiendo mi sueño y quiero seguir", aseguró ante el aplauso del público.

Ha asegurado que verá la final de la Eurocopa con su equipo. "No sé dónde, pero seguro que lo veré. Yo he hecho mi trabajo, a ver los del fútbol...", dijo entre risas.

Pese a haber conseguido revalidar el título, Alcaraz considera que "todavía" no se considera "un campeón". "No como ellos", apostilló, en clara referencia a Nadal o Djokovic, pero está intentado "seguir construyendo" su camino.

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