"¡Niño, tú te quedas aquí!". Las palabras de Sergio Ramos a Isco Alarcón tras el triunfo del pasado domingo ante el Alavés dejan claro la postura del vestuario blanco sobre una hipotética marcha del malagueño a la finalización de su contrato, al final de la próxima temporada.
Hace unos meses, el jugador estaba defenestrado en el banquillo viendo como una BBC acomodada deambulaba por el campo por decisión, más política que deportiva, de su entrenador, Zinedine Zidane. Isco, que nunca se ha mordido la lengua sobre su situación, volvió a dejar claro que no está dispuesto a seguir ocupando un rol secundario y que no descarta marcharse en busca de minutos a otro equipo. Lo que pocos podían sospechar es que ese equipo era el Fútbol Club Barcelona.
Josep María Bartomeu, presidente azulgrana, ha convertido el fichaje de Isco en una obsesión. El club, que ya ha contactado con el jugador, habría hecho una oferta al futbolista por cinco temporadas en las que, además de una ficha alta, incluye una prima de fichaje de 20 millones de euros para el malagueño. Para ello debe aguantar una temporada más en el Bernabéu y marcharse libre al Camp Nou el 30 de junio de 2018.
El Real Madrid, el club, ha sugerido que en tal caso le dejaría en la grada, perdiendo así la posibilidad de ir al Mundial de Rusia del próximo verano. Pero el futbolista, lejos de amilanarse, se ha crecido y en las últimas semanas, con la Selección y el Real Madrid, se ha ganado la titularidad y el respeto de todos.
La decoración ha cambiado para el de Arroyo de la Miel. A un lado, el Barcelona le espera con 20 millones en una mano y un contrato por cinco temporadas en la otra. En el otro lado, la afición corea su nombre y le compara con su paisano Juanito, mientras el vestuario le respalda y el entrenador quiere que se quede. Solo hay una persona que no se alinea con la mayoría, Florentino Pérez, cuya oferta de renovación no ha sido escuchada por el jugador.
Pérez no ha cumplido sus promesas con el futbolista, que se ha sentido desatendido por el presidente en estos últimos años. Mientras Florentino se desvivía con James, al que Zidane considera prescindible de cara al año que viene, el malagueño sufría el abandono institucional. Ahora Isco tiene la sartén por el mango y todas las de ganar. Se quede en el Bernabéu o se marche al Camp Nou.