James ensució la fiesta del Real Madrid en Japón, después de proclamarse campeón del Mundial de Clubes. El colombiano, que volvió a ser suplente ante el Kashima Anters, no quiso hacer declaraciones en la zona mixta a los medios españoles, pero sí lo hizo con los americanos.
Una vez allí no se mordió la lengua y dejó abierta la puerta a su marcha en enero por primera vez: "Estoy feliz aquí, pero quiero jugar más. Quiero estar siempre en Madrid, pero hay que pensar en todo y buscar salidas. Tengo ofertas y tengo siete días para pensar".
Las declaraciones cayeron como una bomba en la expedición madridista, en la que hay un profundo malestar con James. El primero que le reprochó su decisión fue el capitán, Sergio Ramos, que afeó la conducta del colombiano: "No es el día para cuestiones personales... Le tengo especial aprecio a James y espero que se quede, pero hoy no era el día para esto".
El club también está muy molesto porque entiende que no era buen momento para hablar de su situación personal, al tiempo que le han recomendado que si tiene algo que declarar sobre su futuro, primero se lo comunique al club. Florentino Pérez está muy enfadado con el jugador porque entiende que ha reventado la fiesta al madridismo. En las próximas horas puede haber novedades al respect