José Luis Mato Sanmartín, 'Joselu', es un jugador natural de Silleda, Galicia, aunque nacido en Alemania, que anoche se convertiría en el héroe que la afición madridista está tan acostumbrada a presenciar en las noches europeas. Formado en las categorías inferiores del Celta de Vigo, y habiendo disputado también años después una temporada en el máximo rival, el Deportivo de la Coruña, así como en el filial del Madrid entre 2010 y 2012, en la liga inglesa, en la liga alemana, en el Deportivo Alavés y en el Espanyol, Joselu, el trotamundos del fútbol, finalmente regresaría en junio del 2023 al Real Madrid, al que siempre consideró "el club de sus sueños".

De París a Londres, pasando por Madrid

Y es que su historia podría verse como una bella novela romántica, pues hace no más de dos años se encontraba en París, en las gradas del Stade de France de Saint-Denis, viendo como un aficionado más la final de Champions que disputaba allí el Real Madrid, su equipo, en el que además jugaba -y juega- su cuñado y ahora compañero, Dani Carvajal. Pues ahora, dos años después, será él mismo el que se encuentre disputando una final europea en el verde con el traje del Real Madrid enfundado el próximo 1 de junio en el estadio de Wembley en Londres, una final a la que se clasificarían gracias a sus dos goles de ayer ante el Bayern de Munich. De París a Londres, pasando por Madrid. O como dice el dicho: de Madrid al cielo.

Las comparaciones siempre son odiosas

El de Silleda llegaría al club blanco con una difícil misión: hacer olvidar la marcha de Karim Benzema. Tarea complicadísima por no decir imposible. De hecho, el jugador gallego no quiso ni heredar su dorsal, escogió otro dorsal, el 14, paradójicamente el mismo número de Champions que hasta ahora tiene el Real Madrid, y se limitó simplemente a hacer su trabajo: jugar y darlo todo en el campo. Pues él quizás sea un jugador atípico en ese sentido, ya que él no necesita focos, simplemente necesita un compañero que le ponga un buen centro para rematar y convertirlo un gol, como los delanteros de antaño.

Y ahora, por si fuera poco, empieza a resonar el nombre de Kylian Mbappé por las oficinas blancas, pero el jugador francés, por buen jugador que sea, tendrá complicado ganarse el cariño de una afición tan exigente como la blanca, un cariño que Joselu ya tendrá para el resto de sus días asegurado, pues en un deporte donde las cifras suelen dominar los titulares, la actuación del gallego nos recuerda que la pasión, el compromiso y la entrega son los verdaderos motores que impulsan a un equipo hacia la gloria. Y todavía más en el feudo como el templo blanco, donde las divinidades hacen acto de presencia y la fe se vuelve obligación.

Un tesoro invaluable

A pesar de su salario, más bajo en comparación con las estrellas relucientes del fútbol mundial, Joselu demostró que el verdadero valor de un jugador radica en su capacidad para inspirar a sus compañeros y llevar al equipo hacia la victoria. Sacando a coalición de nuevo la comparativa con Mbappé, el jugador galo representa el brillo, el lujo y la promesa de la juventud explosiva, mientras que Joselu Mato encarna la garra y la determinación de un veterano guerrero incansable. Y es que además, ayer el delantero madridista, con su modesto salario, generó 18 millones para el Real Madrid al clasificarse para la final de la Champions, algo a tener en cuenta en un mundo como el del fútbol, donde cada vez más los números se imponen a la pasión. Pero no en el Madrid, ya que el verdadero legado de este jugador es ya incalculable, pues reside en el amor incondicional de una afición entregada y en la gloria eterna de una noche mágica. Una noche que sin duda el jugador no olvidará, porque como él mismo dijo para los micrófonos de El Chiringuito: "Mi carrera ha merecido la pena solo por poder vestir esta camiseta". Con eso queda claro que, como suelen decir por Chamartín, Joselu es un jugador 'puritito Real Madrid'.

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