Lewis Hamilton no aguantaba más. Su depósito nunca ha ido sobrado de paciencia, así que estaba harto de ver pasar pilotos por el cajón más alto de cada circuito. Seis ganadores en otros tantos grandes premios y nunca él. Sabiendo además que posee un coche poderoso, llevaba semanas mordiéndose la lengua sin explicarse los incontables errores de estrategia y mecánicos que le habían arruinado varias carreras.
Ayer estuvieron a punto de hundirle otra vez en el último y decisivo cambio de neumáticos, pero lo que lograron fue espolearle. Había liderado la carrera y parecía que se le escapaba el triunfo por la inesperada de decisión de Ferrari y Red Bull, que optaron por mantener a Fernando Alonso y Sebastian Vettel respectivamente en pista hasta el final.
Pero faltaban 20 vueltas que se hicieron eternas. Las gomas del español y el alemán se derretían y Hamilton volaba sin freno. Vettel decidió entrar apenas seis giros antes de la meta y la degradación de los neumáticos del Ferrari fue tal que aún le dio tiempo a adelantar al asturiano, que acabó quinto.
Hamilton suma 88 puntos, dos más que Alonso y tres más que Vettel
Hamilton cruzó bajo la bandera a cuadros por delante de Grosjean (Lotus) y de Sergio Pérez (Sauber), autor de su segundo podio del año. El piloto de Mclaren lidera en solitario el campeonato del mundo de pilotos con 88 puntos, dos más que Alonso y tres por delante de Vettel, que acabó cuarto.
Pedro Martínez de la Rosa (HRT) se tuvo que retirar en la vuelta 24 por un problema en los frenos de su monoplaza, pero se mostró optimista: "Aunque sorprenda, me voy con buen sabor de boca porque hemos hecho el mejor fin de semana del año y me he divertido estando por delante de los Marussia y teniendo a los Caterham muy poco por delante. Me quedo con lo más importante, que es que hemos mejorado mucho y eso es muy satisfactorio".
