Partido entretenido en el Camp Nou. Divertido, con alternativas y llegadas a las dos áreas. Un partido colocado entre dos ochomiles para el Barcelona, los partido de ida y vuelta de Copa ante el Atlético. Y eso se notó porque Luis Enrique decidió que era buen día para tirar del fondo de armario.
El Barcelona tiró de fondo de armario y la agresividad del Athletic posibilitó un partido más digno de Copa que de Liga. Raúl García lanzó al palo y la tuvo también Iñaki Williams, pero no estuvieron certeros con la puntería. Y en fútbol quien perdona, lo paga. Y el verdugo fue el más inesperado, Paco Álcacer.
El exdelantero del Valencia llegó a Barcelona con la etiqueta de delantero centro de buen pie, una gran capacidad asociativa y sangre fría ante la portería rival. Pero su primer gol en Liga se ha hecho esperar y eso ha desatado su ansiedad y la presión mediática parece haberle pesado también. Una buena jugada de Neymar con pase de la muerte al 9 le permitió estrenarse como azulgrana en Liga.
El segundo gol fue de Messi, pero esta vez no hizo falta frotar la lámpara. Una falta centrada se la tragó Iraizoz, sentenciando sin querer un partido que en algún momento tuvo pinta de complicarse a un Barcelona que se encuentra cómodo en los intercambios de golpes. Ter Stegen, ese portero frío como el hielo, tuvo una actuación destacada con intervenciones de mérito cuando el partido aún no estaba en cuesta bajo para los azulgrana.
La segunda partido no tuvo ninguna historia. Hasta el punto que Messi fue sustituido en el minuto 63, algo que no ocurría desde hace tres años. El entrenador quiso horrarle media hora en las piernas para el martes. Minutos después Aleix Vidal certificaba el partido y evidenciaba que el Camp Nou celebraba el día del fondo de armario. El Barcelona se sacó de encima un compromiso incómodo tirando de los jugadores que han llegado a Can Barça para oxigenar los pulmones de los cracks y asegurar esos puntos que luego pueden darte el título.