Después del 4-0 no parecía la noche más propicia, pero daba igual. Santi Garcés, uno de los pocos fotógrafo que los jugadores no contemplan como una amenaza externa a su intimidad, uno de los encargados de inmortalizar a diario a los jugadores en el club azulgrana, tenía fe en la remontada. Y por ello se pretrechó con todo su arsenal de cámaras para documentar una noche histórica.
Normalmente se colocan en los córners para seguir los partidos, pero cuando el partido terminó y estalló la euforia en el césped del Camp Nou, Garcés desplegó su sexto sentido para buscar al protagonista en el momento preciso. Me dijo un día Miguel Ángel Morenatti, otro fotoperiodista deportivo excelso y compañero de aventuras: “En el fondo el fotógrafo no es tan distinto al deportista al que retrata porque debe estar en el sitio adecuado en el momento justo y tener el talento suficiente para resolver en una décima de segundo”. Santi podía haberse ido a por Sergi Roberto, autor del sexto gol y héroe de la batalla ante el PSG. O a por Luis Enrique, el técnico que se abrazaba exultante a unos y otros.
Pero algo debió olerse en torno a Messi. Y cuando el argentino fue aupado en hombros por la muchedumbre, cual mesías azulgrana, allí estaba Santi Garcés con su cámara inmortalizando el momento. Un contrapicado que disparaba la sensación de majestuosidad de Leo con el Camp Nou al fondo y la gente a sus pies.
Recordaba a otras fotos históricas. La de Pelé descamisado en el 70 alzado por la muchedumbre tras la final en el Estado Azteca, el mismo escenario en el que fue levantado en volandas Maradona después de conquistar el Mundial de México 86. Esta vez Santi dibujó un óleo con su cámara que resume una década triunfal dirigidos por el mejor jugador que haya pisado el césped del Camp Nou. Un cuadro deslumbrante que bien podría titularse: "El Messías".
Da igual el resultado, lo que ocurra en la Champions a partir de ahora o si Messi renueva o no (después de esto parece imposible que no lo haga). Este partido pasará a la historia por haber sido la excusa perfecta para que se alineasen todos los planetas y Gacés estuviese ahí abajo con su cámara dibujando este poético retrato.
No habrá crónica que resuma mejor lo pasado ayer, ni lo ocurrido en los últimos 15 años en el Camp Nou que este fresco de Santi. No habrá Balón de Oro que ilustre mejor a las generaciones venideras sobre la dimensión de Messi que esta foto: El Messías. Bendito Messi, bendito fotoperiodismo. ¡Congrats Santi!