Mourinho se va, pero el Real Madrid permanece. Con todo lo que conlleva una entidad de tanta historia y grandeza. Y en su salida, el portugués deja algunos rotos. El más preocupante, porque es la razón de ser de la entidad, el que divide a la afición.
Por mucha "unidad" que Florentino Pérez pretenda vender, es innegable que hay dos bandos enfrentados: mourinhistas y casillistas. De su reconciliación depende buena parte del futuro del Real Madrid.
Para quienes se empeñan en negar la evidencia, la batalla más cruenta de esa guerra civil tiene lugar en las redes sociales. Porque mientras las televisiones solo parecen encontrar aficionados dispuestos a ponerse delante de las cámaras para criticar al técnico portugués, en Twitter son legión los defensores de Mou.
"Mourinho acaba de irse. El mourinhismo no ha hecho más que empezar", decía uno de esos primeros mensajes. A partir de ahí, infinidad de apoyos bajo el mismo epígrafe -"gracias por todo, Mou"- y con un lema fundamental: "El señorío no es filosofía barata, sino morir en el campo". Y como resumen del inconformismo: "Mou se va, el mourinhismo se queda. Ni olvido ni perdón". Y suspiran con el regreso del técnico luso algún día.
Lo preocupante es que lo que no olvidan ni perdonan esos madridistas es la que ellos consideran traición de Iker Casillas, principal acusado de la salida de un entrenador que tenía contrato hasta 2016. Para el sector 'mourinhista' Iker ha dejado de ser el mejor portero del mundo, el capitán, el ídolo... Ahora le consideran "el topo filtrador (#Topor le llaman)" del vestuario y le echan en cara su amistad con varios periodistas deportivos.
Según un aficionado navarro, Casillas le dijo: "Si vas con Mou, no eres madridista"
Como ejemplo, la historia que relató en Twitter el mismo lunes Aitor Chavoya, joven madridista navarro, durante la última visita del Real Madrid a Pamplona: "Se hospedaron en el hotel Muga de Beloso. Yo había ido con una pancarta grande para Mou. Pude ver cómo Rui Faría y Mou vieron la pancarta. Menuda alegría. Entré al hotel para la firma de los jugadores. Las firmas las hicieron Marcelo y Fabio en una sala en el último piso. Había un bar en la sala y toda la gente se quedó ahí un rato. Yo me fui con mi hermana pequeña inmediatamente. Subimos un piso y tras una puerta apareció Topor (Casillas). Me vió con la camiseta de LQDM (Lo que diga Mou) y se puso a mirar el móvil. Entonces le dije, "Iker, hay que apoyar a Mou". A lo que me contestó, "Si vas con Mou, no eres madridista". No me lo podía creer... Inmediatamente le contesté. "Hay que filtrar todo para ser un madridista". A esto, simplemente sonrió. Menudo caradura. "Contesta", le dije. Y contestó... "Vete a tomar por culo, anda", me dijo. Aquí ya estallé. "Los únicos madridistas son Xavi, Burgos, Lama y cía, ¿no, hijo de puta?", le dije. Se me fue la cabeza pero es que no podía más. Al ver que la cosa se ponía fea, decidí irme con mi hermana de 12 años. No valía la pena. Ya había visto todo".
Este relato, así como una imagen de Casillas firmando una camiseta del Barcelona durante una Gala del Balón de Oro, corren como la pólvora por la Red. Y, desde luego, no ayudan a pacificar el ambiente guerracivilista.
De todas formas, eso de que, como asegura Florentino, "el madridismo está más unido que nunca" se verá durante el Real Madrid-Osasuna del sábado 1 de junio. Es el partido que cierra la Liga y el periplo de Mourinho en el club, así que el estadio Santiago Bernabéu dirá la última palabra.