Los niños de Luis Enrique se mantienen como líderes de su grupo y dependen de sí mismos para alcanzar los octavos de final en el Mundial de Qatar 2022. Un empate que sabe amargo por el sobresaliente despliegue de España. Al fin y al cabo, el examen no era fácil: enfrente estaba una Alemania que sin tanto lustre como antaño, posee una de las mejores plantillas del planeta. Además, la 'Mannschaft' llegaba necesitada. Pero España supo competir.
Luis Enrique decidió apostar por los mismos que golearon a Costa Rica. El único cambio fue el de Carvajal, que ya curado de su resfriado sustituyó a Azpilicueta. Alemania, por su parte, sacó toda su pólvora, con Müller ejerciendo las funciones de falso 9. Un equipo que, como a España, le cuesta generalmente hacer gol por la ausencia de un 'killer' seleccionable.
La primera parte fue un absoluto correcalles. Con una Alemania dispuesta a asumir riesgos para llevarse el triunfo y una España con ganas de cerrar su pase a octavos, ninguno de los equipos escatimó en recursos ofensivos. Primero golpeó España, con un derechazo de Dani Olmo que Neuer mandó contra el larguero. Después, contragolpe alemán liderado por Müller que Gnabry se encargó de marrar: se topó con un acertado Unai Simón.
Los de Luis Enrique hicieron una primera parte muy reconocible, con una presión alta y electricidad ofensiva. La dosis de garra la puso Gavi, que no dudó en pelearse con cualquier alemán que estuviese cerca. Esta estrategia permitió que 'La Roja' recuperara balones en tres cuartos de campo, aunque no tuvo el acierto que exhibió ante Costa Rica. Alemania, por su parte, fue creciéndose a medida que pasaban los minutos.
El único gol de la primera parte no terminó de subir al marcador. Lo hizo un conocido del fútbol español: Antonio Rudiger. El central aprovechó en fuera de juego una falta lateral para rematar a gol. El VAR intervino para anular la acción y volver al 'resultado gafas'.
El único peligro para España estaba en casa: en su empeño de sacar el balón jugado desde atrás, Unai Simón cometió varios fallos con el pie que pusieron en alerta a la defensa española y generaron un 'microinfarto' en la hinchada nacional. Ferrán Torres tuvo su oportunidad de marcar, pero inexplicablemente mandó el balón a las nubes. Le libró de la pira que la jugada acabó anulada por un fuera de juego previo.
En la segunda parte se repitió la misma tónica, aunque el número de ocasiones cayó de forma considerable. Incluso los errores volvieron a ser los mismos: en los primeros quince minutos, el disparo más peligroso lo propició Unai Simón con un mal pase en corto.
Se encargó de despertar a ambos equipos del letargo Jordi Alba, que volvió a demostrar que a sus 33 años todavía puede firmar jugadas para su colección de 'highlights'. Una gran jugada por la banda izquierda y una asistencia magistral al primer palo sirvieron para anotar medio gol de España. La otra mitad la aportó el único '9' puro que se ha llevado Luis Enrique a Qatar: Álvaro Morata, que quiso vestirse de Torres en 2008 al anotar el único gol contra los alemanes. Como antes de cada partido, lanzó una moneda al aire para comprobar si le tocaba ser amado o repudiado por la afición. Por suerte para él y para toda España, salió cara. Entró en sustitución de Ferrán y cumplió con su compromiso con el gol.
Alemania entró en modo 'hundimiento' y trató de adelantar todavía más sus líneas para intentar batir a Unai Simón. Luis Enrique, que algo sabe de este deporte llamado fútbol, dio entrada a Nico Williams para volar al contraataque y a Koke para dar frescura al centro del campo. España ya había mostrado fútbol, ahora había llegado la hora de que los niños de Luis Enrique mostrasen sacrificio y saber estar ante una de las selecciones más experimentadas del planeta.
Pese al fantástico partido de España, Alemania es tetracampeona del mundo y luce galones. El alemán odia la suerte, las carambolas y las incertezas, que es justo lo que una derrota frente a España le iba a traer de cara a la última y decisiva jornada del Mundial. Por eso se puso en manos de Musiala, el mejor del partido entre los teutones, para tratar de batir a Simón.
El que obtuvo finalmente el premio del gol fue Füllkrug, que rompió la red de Unai Simón con un potente disparo. Un tanto que devolvió a la vida a Alemania, que en los últimos minutos dio la sensación de encontrarse más fuerte en el apartado físico. Sané tuvo en sus botas la victoria, aunque decidió ser justo con el bonito choque vivido sobre el césped: dudó si disparar y, cuando esto sucede, lo normal es errar. Con esta ocasión, el partido murió. El resultado no se volvió a mover para dejar un mal sabor de boca a ambos conjuntos: España tendrá que ir con todo a la última jornada y Alemania tendrá que ganar a Costa Rica y rezar: depende de su rival de hoy frente a Japón para tener opciones de clasificarse.