Lo del Murcia con Hacienda es la crónica de un desencuentro, de un juego al escondite, de una trampa de la que Samper tiene la salida cegada. Porque la Agencia Tributaria, ante los esquinazos de los dirigentes granas para ponerse al día en los pagos, ha tomado una decisión cuanto menos enérgica; va a subastar, mediante el proceso de adjudicación directa, la ciudad deportiva de Cobatillas. Es más, los trámites están dados y las cifras ya se conocen; dos millones de euros por casi veinte mil cuadrados.
Javier Tebas, presidente de la LFP, indicó esta semana que la deuda real del club de Samper con Hacienda podría ascender a 14 millones de euros, el doble de los siete millones que ya se conocían pero que se han visto incrementados con intereses y otros gastos. Lo peor es que es una cifra que no aparece en el concurso de acreedores, del cual aún faltan por pagar alrededor de 23 millones de euros.
El Murcia, pese a la brillante campaña deportiva en la que acabó tercero y disputó la fase de ascenso a Primera, lleva un curso peleado con la Agencia Tributaria, que ya embargó a inicios de temporada los derechos de TV –2,5 millones de euros-. Además, las nóminas de la plantilla y trabajadores del mes de mayo, lo único que parecía llevar al día el club, fueron bloqueadas por Hacienda en las cuentas del club a finales de la semana pasada.
Ante la situación, con las cajas del dinero del club con telarañas, el Consejo de Administración del jueves se presenta caliente. Todos esperan el as de la manga que suele sacarse Samper, cuya habilidad negociadora le ha venido dando sus frutos hasta ahora, pero la Agencia Tributaria ha dicho basta, lo que abre la puerta al resto de acreedores.
37 millones en números rojos pueden suponer la muerte de un equipo grana que tiene la espada del descenso administrativo sobre su cabeza. Mala pinta para un histórico que, actualmente, se ha convertido en el paradigma de una gestión desastrosa.
