Los actores dentro de la competición de la NBA tendrán que pagar un precio a partir de esta temporada cuando exageren o finjan caídas en las entradas que les pueda hacer el rival que los marque en defensa. La NBA, como había advertido desde la pasada temporada, estudió con detenimiento el "teatro" y la exageración que muchos jugadores hacen cuando reciben una entrada y la decisión final es que los profesionales que hagan de "actores" tendrán que pagar un precio.
"A partir de ahora, no hay lugar dentro de nuestro deporte para este tipo de acciones de engaño a los árbitros y falta de respeto con el jugador que defiende de forma legal y limpia", destaca la NBA en un comunicado dado a conocer hoy por el vicepresidente de operaciones de baloncesto, Stu Jackson.
La liga ha establecido que el jugador que sea encontrado culpable de exagerar o fingir una caída tendrá una primera advertencia, y a partir de ese momento la siguiente violación de la norma le costará 5.000 dólares de multa; la tercera será de 10.000; la cuarta de 15.000 y la quinta de 30.000. Las posteriores violaciones conllevaran una suspensión automática. Los árbitros estarán también más atentos a este tipo de acciones de los jugadores que han intentado engañarles y provocar a los espectadores con sus acciones.
Jackson explicó en el comunicado que la acción de los jugadores que simulan caídas violentas o inventadas no sólo engañan a los árbitros que señalan las faltas sino que además con estas decisiones también se pone en contra a los espectadores. "Tanto la junta de gobernadores como el comité de competición están totalmente de acuerdo que cualquier jugador que la liga determine tras revisar el vídeo del partido, que ha engañado con su acción, será advertido y después recibirá una penalización automática", señaló Jackson en el comunicado.
Los jugadores consideran que sería muy difícil eliminar por completo las caídas exageradas, pero aceptan y dan la bienvenida al intento por parte de la NBA de superar el problema. "Es algo bueno porque los que hacen ese tipo de práctica no pueden irse sin pagar un precio", declaró el escolta reserva James Harden, de los Thunder de Oklahoma City. El ala-pívot de los Knicks de Nueva York, Amare Stoudemire, reconoció que los jugadores que estén acostumbrados a este tipo de acciones van a seguirlas haciendo, pero entendía que era bueno buscar la manera de "limpiar" el deporte del baloncesto.
La liga también tiene ya definida la manera como analizará las acciones de engaño de los jugadores. "El factor principal es si su reacción física al contacto con otro es incompatible con lo que razonablemente cabría esperar dada la fuerza o la dirección del contacto", explicó la liga. Pero la NBA también es consciente que sería muy difícil para los árbitros decidir sobre la marcha en el campo este tipo de acciones, de ahí que se revisarán las jugadas que se consideren sospechosas, al margen de lo que hayan establecido los referís durante el juego.
El entrenador de los Heat de Miami, Erik Spoelstra, de inmediato dio a conocer su valoración sobre la decisión que había adoptado la NBA. "Estoy totalmente de acuerdo. Las medidas que han tomado van a beneficiar al deporte, aunque habrá que ver qué tipo de impacto real tendrán, pero no tengo duda que se va en la dirección correcta".
El veterano ala-pívot Rasheed Wallace, que volverá esta temporada a jugar con los Knicks de Nueva York, ha sido el más feliz. Wallace durante toda su carrera profesional denunció ese tipo de acciones y sus reivindicaciones le costaron 308 faltas técnicas por parte de los árbitros al discutirles que las faltas personales que le señalaban no eran más que el producto del rival que había fingido caídas o exagerado algún tipo de contacto físico.
Tras concluir dos temporadas de retirada voluntaria, Wallace dijo que ciertos jugadores, de los que no quiso mencionar nombres, tendrían muchos problemas con esta nueva normativa, que además les costaría dinero cuando les toque pagar las multas. "Todos pensaban que yo estaba loco cuando decía una y otra vez, año tras año, que había jugadores que engañaban con sus caídas, pero al final los hechos me han dado razón", destacó Wallace. "Los que engañen deben pagar por hacerlo".