Si detenemos el tranvía de Manchester en la parada Etihad Campus y preguntamos en los dominios del City quién es el jugador que más ilusiona a la afición celeste, por la explanada que domina el feudo citizen los favoritos son, sin duda, el belga Kevin De Bruyne y el ex colchonero Sergio Agüero. Los dos talentos sobre los que cimentará Pep Guardiola un equipo que está llamado a revolucionar la Premier League con la llegada, en julio, del míster de Santpedor.
Sin embargo, entre el público más entendido, ése que los fines de semana no se conforma con el primer equipo sky blue y también aguanta, tantas veces bajo la lluvia, para ver los partidos de las categorías inferiores del club, un nombre ha empezado a pasar de boca en boca: Brahim Abdelkader Díaz. O, simplemente, Brahim. Un andaluz que ha vuelto locos a todos los técnicos de cantera de Inglaterra. Una joya, dicen, como hace años que no se veía en esas latitudes.
Hablamos de un mediapunta insultantemente ambidiestro. Criado en el vivero del Málaga, media Europa se abalanzó sobre él cuando el chico tenía catorce años, si bien fue el Manchester City el que se adelantó sobre la bocina al Barcelona para su adquisición. De padre melillense y raíces marroquíes, lleva años oyendo los cantos de sirena de la selección africana para que juegue con su combinado absoluto, aunque por ahora permanece bajo tutela de los escalafones inferiores de la Federación Española.
Su fútbol está innegablemente inspirado en su ídolo, Lionel Messi. Y, como el rosarino, Brahim es tan fino bailando con la pelota como difícil de derribar cuando se cose el cuero a la bota. Su superioridad entre los de su edad es tan pasmosa que la comparación resulta automática. Mark Adam Phillips, por ejemplo, técnico de la cantera del West Ham al que tocó sufrir al pequeño diablo, puso sin tapujos sobre la mesa el nombre del actual Balón de Oro al hablar del niño.
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En el Etihad Stadium se frotan las manos con lo que aún queda por venir de un chico que, con dieciséis años, ya domina entre los Sub-18 y en muchas ocasiones juega directamente con el filial citizen, entrenado por Patrick Vieira. A corto plazo, tendrá en Guardiola al maestro ideal para optimizar todo su potencial. Ya ha entrenado a las órdenes de Manuel Pellegrini, pero los rumores hablan de que con el próximo mánager del equipo frecuentará con mucha más asiduidad la primera plantilla.
Por ahora, es sólo una promesa. Ya con el diez a la espalda en su equipo, pero aún con un acné en el rostro que le delata. Hace mucho tiempo que el runrún sobre un muchacho tan joven no era tan recurrente. ¿Estará a punto de saltar a la pista central del gran circo del fútbol un elegido de los que aparecen una vez por década? No queda tanto para que lo sepamos.
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