Llamado por todos 'el indio', el empresario Alí Syed puede hacer saltar por los aires los planes del nuevo consejo de administración del Racing de Santander, que en la tarde de este martes 4 de noviembre ha convocado una junta general extraordinaria que tiene como objetivo aprobar una ampliación de capital que pretende captar 9 millones de euros de socios y simpatizantes que quieran colaborar en que el club "esté gobernado por el racinguismo", tal y como indicaba el lunes el principal diario cántabro. Sin embargo, hay trampa: todo el proceso legal que ha llevado hasta aquí suma tantas irregularidades legales y formales que se puede derribar, cual castillo de naipes, con relativa facilidad, según denuncian algunos que han seguido el proceso jurídico desde el principio. Y lo peor es que puede hasta poner en peligro el dinero que, de forma voluntaria, quieran invertir los aficionados para que el equipo pase a manos 'del pueblo'.
Hay que recapitular para entenderlo. En situación de quiebra técnica, el Racing de Santander recurrió en enero de 2011 al millonario Alí Syed, quien desembarcó como gran esperanza blanca en el marco de una operación donde había intereses del Banco de Santander con Emilio Botín, y de la familia real de Bahrein, donde ahora mismo reside Syed. El acuerdo formaba parte de un ambicioso proyecto que quería unir la marca Banco Santander con la de la ciudad portuaria a través de su equipo emblemático, el Racing. Proyectos ambiciosos que pasaban por hacer un equipo fuerte que rápidamente se truncó. El indio, aseguran fuentes jurídicas, aportó 5 millones de euros pero en cualquier caso rápidamente se ganó la enemistad de muchos en la ciudad. Y a los pocos meses, después de varios casos de comportamiento excéntrico, salió del club. Mientras tanto, el equipo de fútbol inició una trayectoria descendente que lo llevó a Segunda División B.
Alí Syed vino con un proyecto ambicioso impulsado por Emilio Botín, que posteriormente prefirió no seguir apoyándolo
El 13 de junio de 2011 Dumviro Ventures, empresa por entonces de Jacobo Montalvo, recuperaba las acciones del Racing de manos de Western Gulf Advisory Sport Holding BV (WGA), la sociedad a través de la cual el indio poseía el equipo de fútbol. Y los representantes de Syed recurrieron en septiembre, iniciando así un litigio entre WGA y Dumviro que terminó con una sentencia de 6 de noviembre de 2013 del Juzgado de Primera Instancia 55 de Madrid que consideraba "bien hecha" esta resolución unilateral "sin obligación de pago alguna derivada de dicha transmisión de acciones". La juez era Mar Cabrejas, actual miembro del CGPJ, y el juicio fue, según algunos de los presentes en la sala, un "espectáculo populista" con aficionados del equipo jaleando la decisión.
En julio de este año, avalado por el notario Juan de Dios Valenzuela, se traspasaban las acciones del Racing por un euro al actual consejo del club. Las mismas fuentes jurídicas aseguran que el notario certificó el canje de las acciones sin que la sentencia fuera firme, lo cual invalidaría el proceso si se recurre. Valenzuela ha preferido no comentar nada sobre su actividad y ha remitido a este periódico a que hable con el club.
Sin embargo, la juez Cabrejas no notificó adecuadamente a Alí Syed la sentencia realizada. Se limitó a colgar un papel en el tablón de anuncios de su juzgado, en lugar de hacerle llegar la notificación al indio, que se encontraba a miles de kilómetros. Es por ello que Syed aún no ha sido avisado de esta sentencia, y de que cuenta con 20 días para recurrir. Esto es algo que se está haciendo ahora, cuando se cumple un año. Si al recibir la notificación el indio decidiera recurrir, por ejemplo para recuperar dinero, el 'cacao' jurídico en el Racing estará asegurado.
Junta general extraordinaria
Este martes hay prevista una junta general extraordinaria en la que se pedirá a los socios y simpatizantes del club que se rasquen el bolsillo para captar algo más de 9 millones de euros. Con eso se pretende cancelar la deuda que el Racing tiene con Hacienda, y que asciende a 6 millones, y permitir la viabilidad de la institución. Algunos comentaristas en diarios digitales comparan este caso con el de unas 'preferentes' a la cántabra, dada la poca credibilidad que, según aseguran, tiene la junta directiva. Por otra parte, fuentes jurídicas aseguran que Alí Syed (con una orden de busca y captura por la Interpol y antecedentes polémicos en Australia y UK) puede recurrir si pretende recuperar su dinero, lo cual invalidaría automáticamente los acuerdos que se tomaran en la junta e incluso podría bloquear el dinero aportado en la ampliación de capital. Un argumento que niega el portavoz de la directiva, David González, quien asegura que "en derecho nada es seguro al 100% y todo interpretable, pero yo creo que no admitirían el recurso porque ha sido juzgado en rebeldía y en todo caso eso no afectaría a la vida jurídica societaria del Racing sino a Dunviro Ventures, Alí Syed y su empresa WGA". En cualquier caso, hay un reconocimiento implícito de la situación: la junta directiva ha decidido actuar de forma preventiva y sin esperar a que la justicia decida, ahora en realidad todo puede pasar.
La junta directiva actual no teme una vuelta de Syed: "Hay un 0,1% de posibilidades de que un juez permitiera al indio un resarcimiento patrimonial"
"Hay un 0,1% de posibilidades de que algún día un juez considerara que la sentencia es contraria a derecho y las acciones tendrían que volver. Daría lugar a un resarcimiento patrimonial al que tendría derecho Alí Syed contra Dunviro Ventures, pero el Racing quedaría fuera", asegura este abogado cántabro, convencido de llevar la razón de su lado. El indio, por otro lado, está en el Golfo en una situación que se desconoce, supuestamente ajeno a toda la movida en España. Además, aseguran que no quiere saber nada del país después del trato recibido. Pero con la ley en la mano, sigue siendo el dueño del Real Racing Club. ¿Dejará que el equipo vuelva a los socios y que estos aporten el dinero para su salvación o intentará recuperar lo que puede considerar suyo? Aún tiene que saberse, pero la espada de Damocles de Alí Syed sobrevuela la junta general racinguista de este 4 de noviembre. "Y es importante que los socios que van a acudir a la ampliación de capital sepan lo que puede pasar, que estén informados porque estoy seguro de que no se les ha dicho nada", asegura una de las partes implicadas, que ve posible un escenario en el que los fondos se bloquearan por la justicia a la espera de que tomara el poder del club su legítimo dueño, mientras no se demuestre lo contrario.