Adiós a la BBC, hola al equilibrio de un Real Madrid compacto y arrollador. ¿Casualidad? Los blancos se exhibieron con una goleada (1-4) ante el Eibar en Ipurúa y vuelve a cazar, provisionalmente, el liderato en La Liga Santander.
Los merengues dieron una imagen muy mejorada respecto al empate liguero del miércoles ante la UD Las Palmas y lograron un importante refuerzo moral con vistas a su compromiso del martes, contra el Nápoles, en la Liga de Campeones.
Con las bajas de Cristiano Ronaldo, Bale y Morata, Zidane alineó inicialmente a Lucas Vázquez y Marco Asensio como acompañantes de Karim Benzema en la delantera. Además, el técnico galo dio descanso a Toni Kroos (jugó James) y a Marcelo (actuó Nacho).
Los retoques dieron gran resultado porque la primera parte, que acabó 0-3, sólo tuvo color visitante. El conjunto azulgrana estuvo desconocido, superado en todas sus líneas y muy alejado del nivel que le ha permitido ser séptimo en la clasificación. El Real Madrid dominaba con mano de hierro en un territorio que ha sido comanche para muchos conjuntos.
La segunda parte comenzó, al igual que la primera, con un Benzema jugando a placer. El punta, muy criticado este año por sus valles de gol, se encontró cómodo orbitando la portería de Yoel y asociándose con sus aliados en la vanguardia blanca. Junto a James, fue el mejor de los capitalinos.
Terminó Rubén Peña acortando distancias en un duelo que, sin embargo, ya se abandonaba a un debate difícil de esquivar. ¿Es la BBC, irrenunciable en los partidos de tronío, prescindible en las jornadas ligueras más funcionariales? ¿Está más compensado el equipo con un centro del campo más poblado? La controversia está servida.