Rafa Benítez vive su momento más comprometido desde que llegó al Real Madrid. Los malos resultados, entre los que se incluyen tres derrotas y 15 puntos perdidos en 15 jornadas, han colocado al técnico en una situación embarazosa cuando apenas lleva un tercio de temporada en el banquillo madridista. La derrota en Villarreal ha supuesto un duro golpe para el equipo en la clasificación, ya que se ha colocado a 5 puntos del Barcelona, cuando podía haberse colocado a tres de los azulgrana, entrando de nuevo en la lucha por el título.
Sin embargo, peor que la derrota en Castellón fue la forma en que se produjo. La actitud de los jugadores en la primera parte y las escasas soluciones tácticas aportadas por Benítez, ante un Villarreal que se merendó a los blancos en el mediocampo, han provocado que se cuestione, una vez más, la capacidad del técnico para manejar un vestuario que ha dado sobradas muestras de no respaldar al entrenador. Han sido numerosos los roces entre Benítez y sus jugadores, empezando por Cristiano Ronaldo, siguiendo por el capitán Sergio Ramos, el cruce de declaraciones en los medios con James, la suplencia injustificada de Marcelo, el papel secundario de Isco o el reciente banquillazo de Kroos. Benítez no guarda empatía con los futbolistas y con alguno ni siquiera mantiene relación, caso de Isco o James.
Tampoco Benítez se ha ganado a la grada, planteando un estilo de juego conservador al que delata su anemia goleadora (23 goles menos que el año pasado a estas alturas con Ancelotti). La grada del Bernabéu deja clara su opinión sobre el técnico en cada partido, cuando le dedica una sonora pita en la presentación del equipo. El madridismo siempre ha sido escéptico respecto al fichaje de Benítez y los resultados sólo han aumentado esa sensación.
El 3 de enero es la fecha límite. Si no cambia la situación sustancialmente, optarían por Zidane, al que quieren dar tiempo para trabajar con la plantilla antes de medirse a la Roma en los octavos de la Champions el 17 de febrero
Todo eso hace que, a 72 horas de la celebración de la comida de Navidad de la plantilla, el futuro del técnico esté en el aire. Perdido el respaldo del vestuario y el apoyo de la afición, a Benítez sólo le resta la paciencia de Florentino y esperar que lleguen los buenos resultados. Ni siquiera el presidente es su principal valedor, ya que se ha sabido que tanteó antes al entrenador de la Roma, Rudi García, quien declinó la oferta.
El hombre que convenció a Florentino para contratar a Benítez fue José Ángel Sánchez, el director general del club, que ahora no vería con malos ojos la salida del entrenador. Florentino es el único que ha apoyado en estas últimas semanas la continuidad del técnico, pero una vez comprobado que no cuenta con el respaldo del vestuario, todo apunta a que no podrá prolongar mucho más la agónica situación de Benítez.
En las oficinas manejan el 3 de enero, día en el que se medirán en Mestalla al Valencia, como fecha límite. En caso de no producirse una mejora sustancial, podría concretarse la marcha del técnico, para que su relevo, Zinedine Zidane, disponga de tiempo para trabajar con la plantilla de cara al partido de ida de octavos de final ante la Roma, que se disputará el 17 de febrero. Todo hace pensar que el crédito de Benítez está agotado. Sin respaldo del vestuario, con la grada descreída y una mayoría de la junta directiva en contra, a Rafa sólo le salva Florentino. Y sólo lo hará mientras no sienta que con ello, se pone en peligro él mismo...